Por segunda ocasión consecutiva, Leo Messi ha arrancado un partido de Champions viendo la acción desde el banquillo, con Ernesto Valverde dosificando a su estrella por los complicados compromisos que le esperan al FC Barcelona. Es obvio que su baja tiene un gran impacto en los planes del conjunto catalán, pero últimamente está dejando un curioso síntoma.
Y es que sin el argentino sobre el césped, el dibujo de los azulgrana es más puro, recuperando el clásico 4-3-3 que el Txingurri ha apartado temporalmente para devolver la solidez a su equipo. Con Ousmane Dembélé lesionado y la necesidad de acercar al '10' a la portería, sus intenciones son blindar el centro del campo y dar libertad al delantero, algo que alcanza mejor con una 4-4-2.
Se pudo ver en la Copa y se ha repetido en Champions, en la que Luis Suárez -o Paco Alcácer contra el Real Murcia-, vuelve a ser la referencia en la punta y sus acompañantes se colocan a sus costados. Con la ausencia de Leo Messi, la sala de máquinas del Barça pierde algo de continuidad en la creación pero gana en verticalidad, combinando jugadas más largas con algunos chispazos de sus centrocampistas.
Desde arriba
No es la primera vez que ocurre en lo que va de curso, pero en el duelo del Camp Nou contra el Sporting Jon Aspiazu, asistente de Ernesto Valverde, ha vuelto a ver el partido lejos del banquillo, en una posición elevada en la grada. Una de las respuestas a su cambio de posición puede ser precisamente la modificación en el sistema, del que se puede apreciar el funcionamiento desde arriba y que podría aportar información muy útil al técnico extremeño.