El Barça ha empezado la temporada oficial de la peor manera, perdiendo de manera contundente frente al Real Madrid. En la primera parte de la ida de la Supercopa apenas pasó nada, y de la nada surgió el equipo de Zidane, que dirigido por Isco y con los pelotazos de Cristiano y Asensio, desgarró a un conjunto al que empezó a hundir Gerard Piqué.

En el Camp Nou pareció salir mandando el FC Barcelona, que lució durante unos instantes las señas que quiere imprimir Ernesto Valverde a su equipo. Los catalanes intentaron aplicar posesión y presión adelantada a un Real Madrid que esperaba agazapado, y que creaba peligro en una banda izquierda que percutían Marcelo e Isco.

En el primer tiempo hubo más sustos por combinaciones prometedoras que por disparos reales, y es que el único que logró encontrar las palmas de Ter Stegen fue Gareth Bale, en un tiro que el alemán se encontró lo justo para desviar a córner. La imprecisión se adueñó de un enfrentamiento en el que a unos les falto construir y a otros finalizar.

Locura tras el descanso

Pero todo lo que no ocurrió en la primera mitad apareció en la segunda, en la que un torrente de desgracias sacudió a un Barça que se desgarró demasiado pronto y que nunca tuvo el físico para contrarrestar a su rival. De la nada del primer tiempo resurgió el Real Madrid, más acostumbrado a sacar petróleo de partidos con poco brillo. Aunque el primero que empezó a restar no fue un jugador merengue, sino uno azulgrana. Cinco minutos de la reanudación bastaron para que un centro del incansable Marcelo lo despejara con poco acierto Piqué y lo colara dentro de su portería, dándole alas a un equipo más consistente con su nuevo 4-4-2 e igual de mortífero en ataque.

El 0-1 pesó demasiado a los catalanes, que lo intentaron con más corazón que acierto y respiraron de la mano de Denis Suárez, que sustituyó a un Gerard Deulofeu demasiado tímido. Si quiere aspirar a sustituir a Neymar, el de Riudarenes debe ofrecer mucho más que pases al área. El empate fue un espejismo que se encargó de construir el árbitro, comiéndose un penalti que inventó Luis Suárez y que convirtió sin dudar Leo Messi, demasiado desaparecido en los inicios de temporada.

Y quien sí respondió fue su contraparte, el que busca alcanzar su gloria pero se pierde entre chulerías y protestas. Porque Cristiano lo fue todo, fue héroe y fue verdugo, un teatro concentrado en un par de minutos. El portugués pasó de encarrilar el duelo con un golazo a la contra, como le gusta, a escenificar una expulsión triste y merecida. Tras ofrecer la camiseta como hizo Messi en el Santiago Bernabéu, el luso vio una amarilla que remató después con una jugada en la que no se sabe si se cayó o se tiró, pero que De Burgos Bengoetxea convirtió en recital, segunda amarilla y expulsión, antes de comerse un empujón del de Madeira que quiso irse con una lustrosa traca final.

Lo que pasó después fue un ejercicio de impotencia del Barça, incapaz con uno más y espectador de lujo de otro golazo, uno que duele y como nunca. Porque Marco Asensio marcó otro gol para el recuerdo, un jugador que pudo ser azulgrana y que no lo fue, continúa dándole alegrías al máximo rival. Urge en el Camp Nou encontrar la solidez en el césped y en los despachos, porque Isco dirige, Asensio remata, y Neymar empieza a golear en el PSG.  

Ficha técnica del partido: FC Barcelona-Real Madrid 1-3

FC Barcelona: Ter Stegen, Vidal, Piqué, Umtiti, Alba; Busquets, Rakitic (Alcácer, min 83), Iniesta (S. Roberto, min 67); Deulofeu (D. Suárez, min 58), Suárez y Messi.

Real Madrid: Navas; Carvajal, Varane, Ramos, Marcelo; Casemiro, Kroos, Isco, Kovacic (Asensio, min 67), Benzema (Cristiano, min 58), Bale (Lucas, min 81).

Goles del partido: 0-1 Piqué (p.p.) (min 50); 1-1 Messi (penalti) (min 77), 1-2 Cristiano (min 80); 1-3 Asensio (min 90).

Árbitro: De Burgos Bengoetxea.

Incidencias: Partido correspondiente a la ida de la Supercopa de España.

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Próximo partido: Real Madrid-FC Barcelona (Supercopa de España).