Deportes como el fútbol miden fuerzas constantemente. Eso tiene una parte positiva, la de resarcirte lo antes posible tras una derrota, pero a su vez te obliga a estar siempre preparado para dar el callo. En el caso del Barcelona, un equipo al que siempre se le obliga ganar y jugar bien, estas exigencias son mucho más altas. No sirve sumar de tres en tres si el juego no acompaña. Siempre hay reproches.
Hasta ahora, aunque la trayectoria es impoluta, hay gente que duda del proyecto por la lentitud en el juego, la falta de identidad y los errores en la asociación. El juego podría ser mejor, evidentemente, pero los resultados llegan y la defensa mantiene una solidez que parecía haberse perdido en los últimos años.
El Barça es el equipo menos goleado de todo el continente, que se dice pronto. Y este fin de semana tendrá una oportunidad importantísima para demostrar que el proyecto va en serio a por el triple. El Sevilla de Berizzo visitará el Camp Nou con ganas de dar guerra y jugar de tú a tú a los de Valverde. Un aspirante a estar en la zona alta, sin lugar a dudas.
Es por ello que el encuentro se afrontará con el conocimiento de que una victoria sólida reforzaría muchísimo el proyecto, a sabiendas que todos los grandes de la liga están sufriendo en este arranque de temporada. Los precedentes ante los andaluces son bastante positivos e invitan al optimismo.
Noviembre duro
Antes de que llegue el Clásico en el mes de diciembre, el Barça tiene por delante un calendario cargado de partidos y duro a nivel de rivales. El de Sevilla es el primer compromiso fuerte, mientras que después habrá un Valencia-Barcelona en Mestalla que, de seguir así las cosas, puede ser determinante para el título de Liga.