DOS EXPULSIONES
Eric García se diluyó en la zaga, pero no es solo un asunto del jugador
Publicación:2/10/2021 - 11:14h
Actualización:2/10/2021 - 11:45h
Eric García comenzó con todo y se ha perdido en los recientes partidos, con un nivel lejano al de la Eurocopa
Eric García llegó al Barcelona como la gran apuesta para el futuro de la defensa y la verdad es que no defraudó en los primeros compases. Un central hecho a la medida del club y un gran proyecto de jugador que deja buenas sensaciones, recordando al Piqué que regresó hace algunos años para darle frescura a Puyol.
Pero una vez se asentó como titular y el equipo comenzó a tener retos mayores, se fue diluyendo y ya acumula dos expulsiones, algo muy negativo tomando en cuenta la cantidad de partidos que ha disputado y lo que venía mostrando con el comienzo de la 21/22 en la zaga junto a Gerard Piqué. Sin embargo, no es un hecho aislado y tiene sus motivos.
Adaptación
Más que al equipo, a la competición. Eric García viene de disputar el fútbol inglés en el que se permite pegar un poco más, sin olvidar que la intensidad y velocidad es muy distinta, por lo que ese mismo poderío que le dio ventaja al comienzo, ahora es usado como arma en su contra en cada partido.
Protección
El ida y vuelta que proponen los equipos de Pep es un esquema que favorece a jugadores como Eric García, más técnico e inteligente que corajudo al momento de defender. Lo estético del defensa le pasa factura cuando los duelos directos se ponen en frente y termina siendo atropellado o llegando a destiempo.
Dinámica
El equipo no anda bien en líneas generales y por mucho que sea un central top a futuro también es importante recordar que es humano. Cada descuido de los laterales o espacio en el mediocampo lo termina pagando caro pese a su buena ubicación constante, algo que hasta ahora le permite maquillar mucho algunas cosas.
Compañero
Lo habitual es verlo con Piqué, un jugador muy parecido a Eric García aunque con la ventaja de ser el veterano que indique lo que se debe hacer. Jamás Gerard tomará una decisión en su contra porque sabe que debería ser el último obstáculo de su equipo al defender, obligando al canterano a exigirse en labores poco habituales para él.