Una vez superado el primer tramo de la temporada y enmedio de un nuevo parón de selecciones, no son pocos los que han hecho un primer balance del rendimiento del FC Barcelona, y aunque la mayoría coinciden en señalar que aún hay margen de mejora, también otorgan gran parte del mérito a la llegada de Ernesto Valverde. El técnico llegó para liderar la transición y está cumpliendo con creces.
"Siento una especial admiración por él porque demuestra que se puede ser un gran entrenador siendo una grandísima persona". Son palabras de Ander Herrera, pero el discurso es el mismo que el de cualquier jugador azulgrana. Apenas estuvo bajo sus órdenes un año y el hoy futbolista del United sigue manteniendo un gran respeto por el Txingurri.
En la Ciudad Condal la versión es la misma, y ya la han repetido Jordi Alba, Sergio Busquets, Andrés Iniesta o Luis Suárez, sólo por citar algunos de los pesos pesados de la plantilla. Su concienzudo estudio deportivo va ligado con una extraordinaria capacidad de gestión, todo ello afinado con un caracter cercano y afable que facilita el diálogo con sus pupilos.
Quedan aspectos por pulir, pero sus mejoras tácticas y su incidencia en las crisis personales de los futbolistas han sido noticias muy bien recibidas en el club, algo que se ha notado sobre el césped pero también en la directiva. Hace pocos días que Josep Maria Bartomeu presumió de su elección ante los medios, y no hay mejor prueba de que las cosas, de momento, marchan bien.
Prueba de fuego
Como se ha encargado de repetir Jordi Alba en sus últimas declaraciones, el Barça de momento no ha vivido ninguna mala racha en lo que va de curso, algo que todos saben que, por inevitable, acabará llegando. Vivirán entonces una buena prueba Ernesto Valverde y su equipo, que han demostrado que ser capaces de estar unidos en los buenos momentos y deberán estarlo más en los malos.