Ernesto Valverde es un tipo interesante. Y comparado con sus precedesores ha sabido añadir una dosis de ironía a las ruedas de prensa. De las reflexiones de Guardiola hasta la arrogancia de Luis Enrique en algunas respuestas hay un trecho. El técnico azulgrana apela ahora a la serenidad para no meterse en líos y tira de ironía para rebajar tensión.
Lo hizo tras perder la Supercopa: 'No se acaba el mundo, hemos perdido y hay que seguir adelante. Ahora empezará la Liga y debemos estar preparados'. Y durante estas semanas ha sabido mantener la calma: 'Tenemos una plantilla competitiva y hay que luchar hasta el final con ella, no queda otra opción. Ya les gustaría a otros entrenadores tener a mis jugadores'.
Este viernes, en las horas previas al Girona-Barça, Valverde afirmó que no piensa demasiado en lo que ocurre en Madrid. 'La verdad es que yo vengo del otro lado del muro y tantas noticias del Madrid me sorprenden. Me tendré que acostumbrar'. Es decir, no pierde la compostura y es plenamente consciente de donde ha metido.
Eso es sumamente importante porque el entorno culé es siempre muy peligroso. Y Valverde entiende que el primero que tiene que estar a la altura es él. Lo externo debe quedar ahí para que el rendimiento de los jugadores sea óptimo. La serenidad que transmite en las ruedas de prensa podrá verse después reflejada en otros aspectos.
El vestuario, contento
Tal y como explicó hace unas semanas 'AS', Valverde es un tipo cercano, dialoga con los jugadores y les hace sentir partícipes del equipo. Hasta los suplentes entienden cómo está gestionando el técnico culé estos primeros partidos del curso. "Es un tío muy cercano, una persona con la que se puede hablar, que le agrada dialogar y al que los futbolistas respetan en todos los sentidos", explica una fuente cercana al vestuario al medio citado.