El FC Barcelona pudo solventar uno de sus asuntos urgentes en la ‘operación salida’, al menos de forma parcial, al acordar la cesión de Miralem Pjanic al Besiktas. Si bien Ronald Koeman reconocía sus habilidades dentro del campo, su modo de juego no tenía cabida en su esquema.

Si bien el neerlandés aseguraba que se trataba de un asunto netamente técnico en función de su filosofía, Pjanic pareció tomarlo como algo personal, lo que dejó en evidencia en sus polémicas declaraciones: “Koeman me ha faltado el respeto. Me puso la cruz desde el principio”.

 

Frenkie De Jong y Nico González, prioritarios para Koeman

De acuerdo con el entrenador, Pjanic solía defender muy atrás, cuando él suele disponer a su pivote un poco más adelantado para llevar presión al rival. Ha sido ese el motivo para preferir a Frenkie De Jong, o incluso dar la oportunidad a Nico González, que también se ha adaptado.

Ambas piezas han sido fundamentales para el Barça al momento de generar peligro y arrinconar al rival en su mitad del campo, un movimiento táctico que no es posible ejecutar con un Miralem Pjanic, más acostumbrado al defensivo fútbol italiano, donde militó en la Roma y la Juventus.

De hecho, a diferencia de varios de los últimos fichajes del club, el bosnio no llegó como una petición expresa de Koeman. Tras su llegada al Barça, se concretó el intercambio por Arthur pero, pese a darle su confianza en los primeros choques, pudo observar que no era posible acoplarlo a su esquema.