Fichajes polémicos por encima de la cantera: insignia de Bartomeu

Uno de las políticas más polémicas que caracterizaron el periodo presidencial de Josep María Bartomeu frente al FC Barcelona, fue la de los extraños fichajes que la dirección deportiva realizó en distintos momentos, independientemente de quien fuera el director deportivo de turno. Adicionalmente, esta situación se tornó más desagradable porque dichas incorporaciones privaron a los canteranos del club de las ya de por sí escasas oportunidades para debutar y asentarse en el primer equipo.

Nadie entendió al Barcelona cuando se lanzó por un desconocido lateral derecho brasileño llamado Douglas Pereira, quien aterrizó en el club con 25 años en 2014 desde el Sao Paulo, a cambio de cuatro millones de euros y, tras una infinidad de cesiones, se fue con la carta de libertad en 2019, rumbo al Besiktas. Tampoco se comprendió, salvo que fuera por mero lucro económico, el arribo del colombiano Yerry Mina al equipo blaugrana en enero de 2018, proveniente del también brasileño Palmeiras, a cambio de casi 12 millones de euros y vendido al Everton por más de 30 millones tras disputar solo seis encuentros en el Camp Nou.  

Posteriormente, a principios de 2020, el Barcelona cerró su primer trueque polémico con la Juventus de Turín, al intercambiar al prometedor atacante venezolano Alejandro Marqués, por Matheus Pereira, otro brasileño que había llegado a la "Vecchia Signora" en 2017 y que había pasado por una enésima cantidad de préstamos y quien actualmente sigue haciendo vida en el filial catalán. Casualmente, algunas semanas después de ese movimiento, el equipo culé se vio en la obligación de traer a un delantero para ocupar la plaza del lesionado Luis Suárez, por lo que decidió invertir casi 20 millones de euros en el danés Martin Braithwaite quien, si bien se ha visto voluntarioso cuando ha tenido minutos, no ha terminado de ser el suplente ideal que se esperaba.

Por último, en cuanto a los exóticos e inexplicables fichajes realizados por Bartomeu y su junta, uno que no fue muy bien visto y que además no ha contado con mucha suerte ha sido Matheus Fernandes, quien llegó, al igual que Mina, desde el Palmeiras. Tras una cesión en el Valladolid, donde apenas pudo ver minutos por las lesiones, el también exjugador del Botafogo tiene dorsal en el primer equipo del Barça, pero sus oportunidades de jugar parecen nulas.

Bartomeu fichó y se olvidó de la cantera 

Es cierto que, en ocasiones, el filial no es una solución bajas importantes del primer equipo, porque los jóvenes no siempre están cien por ciento preparados para afrontar el reto de debutar y suplir a las figuras del equipo. Pero, dado que los fichajes más polémicos de Bartomeu fueron siempre suplentes (o ni siquiera eso), ¿Qué hubiese pasado si se guardaba el dinero que se invirtió en ellos y en cambio se insistía en rotar a los titulares con los jugadores del Barcelona B? Quizás, la actual plantilla de Koeman tuviese ahora un par de elementos interesantes "hechos en casa" y, sobre todo, la situación económica del club no sería tan compleja como en efecto es.

En vez de trae a Douglas, se puedo dar continuidad a Patric o a Sergi Palencia, quienes eran los laterales del Barça B en 2014. Si no se traía a Mina, se podía usar a Jorge Cuenca, central formado en la escuela azulgrana. Se pudo ahorrar el dinero que costaron Matheus Pereira y Braithwaite y contar con delanteros canteranos como Abel Ruíz o el mismo Marqués, quien fue el intercambiado por el brasileño exjuventino. Matheus Fernandes no hubiese sido necesario si Puig, Monchu o Collado tuvieran participación con los mayores, más allá del entrenamiento. Hay que tener siempre presente cómo llegaron a la titularidad Valdés, Puyol, Busquets, Iniesta, Xavi y Messi, porque la identidad del club pasa por el uso de los jóvenes del segundo equipo y porque eso le dará una enorme mano a la economía del mismo.