El pasado 12 de julio se cumplieron cinco años del fichaje del central francés Samuel Umtiti, quien llegó el FC Barcelona procedente del Olympique Lyonnais, una operación sorprendente por tratarse de un jugador poco conocido. El Barça pagó 25 millones de euros y su incorporación fue un acierto unánimemente acordado y apoyado en la Ciudad Condal. El futbolista al cabo de dos temporadas logró consolidarse en la alineación titular y sus prestaciones se elevaron al conquistar con Francia la Copa del Mundo celebrada en Rusia, en 2018. Sin embargo, su calvario con las constantes y numerosas lesiones musculares lo tienen en la rampa de salida del conjunto azulgrana.
De acuerdo a la información del diario Mundo Deportivo, el mismo día que el Barça rescindió el contrato de Matheus Fernandes mandándole un correo electrónico, la entidad culé también se puso en contacto con Umtiti para entregarle la carta de libertad. Lo que se ha especulado, es que no aceptó de entrada la propuesta del club y sigue machacándose para llegar a plenitud a la pretemporada y así demostrarle al míster neerlandés Ronald Koeman que puede contar con él, tras un pasado curso bastante aciago para él, solo superado tal vez por la pésima temporada que tuvo su compatriota Clément Lenglet.
Lo cierto, es que el francés es transferible y tiene un futuro incierto tres temporadas después de una renovación que parecía irrenunciable para el club, que sigue sin encontrar equipos dispuestos a asumir su ficha y que le ha ofrecido la baja federativa, que sin embargo el central no ha aceptado, puesto que tiene contrato hasta 2023 (renovó en 2018, poco antes del desastre) y no quiere renunciar a él.
Fue justo ese año, en el Mundial, que comenzó su calvario. Umtiti forzó y jugó toda la cita a base de infiltraciones de cortisona, pero acabó con una lesión crónica que los médicos del Barça creían que había que operar. Algo a lo que él se negó. Como consecuencia, se sometió a un tratamiento conservador de fisioterapia supervisado por los médicos de la selección francesa en sus instalaciones, pero ese fue un error que incluso en la actualidad está pagando.
Umtiti con un pie fuera
El resultado, es que en sus tres últimas temporadas, todas desde que firmó su renovación, se la ha pasado más en la enfermería que el campo y las pocas veces que se le miró sobre el césped su rendimiento ha estado lejos de aquel que forzó la salida del argentino Javier Mascherano. Ahora, es uno de los descartables en el proyecto que construye Koeman y la operación salida del presidente del Barça, Joan Laporta, amenaza con arrastrarlo.