Xavi tiene un problema y se llama Gavi. No se trata de algo negativo, sino de ese fino margen en el que un entrenador puede hacer que uno de sus jugadores explote como auténtico crack o por el contrario, dejar que los errores se apoderen de su carrera, algo bastante delicado en un chico de apenas 17 años.
Ante el Granada fue expulsado por doble amarilla y eso es solo la punta de un iceberg que va creciendo de a poco por el impulso y ganas que caracterizan al andaluz, cargado de un carácter envidiable y una motivación tremenda por triunfar. Toca conducir todo esto en pro de convertirlo en una referencia.
Esta temporada Gavi acumula cinco amarillas en 17 partidos de liga, 14 de ellos como titular, algo que se completa con la roja vista ante los nazarís y ahí el problema. No solo será baja ante el Real Madrid en Supercopa sino que también dejó mermado al equipo en un partido que estaba dominado en el marcador pese a la corta diferencia, pero tras abandonar el campo llegó el empate y pudo ser peor.
La expulsión cortó un poco el subidón anímico del club, empañó el partido 200 de Ter Stegen en Liga justo en medio de una recuperación de nivel y eso, no tiene vuelta atrás. Los 17 años que tiene no sirven de justificación pero sí de explicación, porque apenas llegó de la cantera, se metió en una fase final con la selección y está sonando en todo el mundo.
Calmar el empuje y raza que tiene Gavi es una tarea pendiente para Xavi a partir de ahora, porque de estos jugadores quedan pocos y el Barcelona necesita de manera urgente un futbolista que salga al campo con el cuchillo entre los dientes, algo que el canterano hace a la perfección incluso cuando tiene partidos grises.
Un entorno que ayuda
El ecosistema culé es bastante dual en estos momentos y también juega un papel importante en este tema, porque Gavi se mueve entre aguas complicadas que un día les colocan en el tope de la ola y al siguiente, los revuelca en el fondo del mar para darles un auténtico baño de realidad y frustración. Es mucho para sus 17 años.
Xavi conoce bien de esto, así fue su llegada al Barcelona y su tutelaje solo podría mejorar si se suma al club Iniesta, que tiene un perfil más parecido al jugador y además puede darle ese toque de serenidad necesario, pero de esto también entiende el entrenador ya que como activo fue uno de los cercanos al manchego.
Así como hunde también saca a flote, así funciona el entorno del Barcelona en este momento por la cantidad de problemas que existen dentro del club, que además necesita renovar una plantilla fracturada entre la edad de los principales jugadores y el nivel de algunos otros, como el recién cedido Coutinho.
La salida de los jugadores dará espacio a Gavi, Nico y todos los canteranos que hagan vida en el primer equipo a partir de ahora y por ende, también protagonismo, algo que buscan como sea para seguir como culés, esto último muy importante ya que sus renovaciones están todavía en negociación.