El reencuentro entre Luis Suárez y el Barcelona por fin se dio en el Camp Nou y las cosas salieron bien, aunque con la espina de haberlo hecho mejor en su momento. El uruguayo tuvo su gran momento viendo imágenes de varios de sus goles con la camiseta culé en la pantalla del estadio justo antes de comenzar el partido.
Una presentación honorífica y un video durante el calentamiento dieron lugar al homenaje que tenía el Barcelona en mente para el charrúa, que en seis temporadas se convirtió en uno de los máximos goleadores de la historia blaugrana con 198 goles y una vitrina llena de títulos, incluyendo la última Champions del equipo.
Desde las redes sociales se le dio la bienvenida antes incluso de comenzar el juego, unido al material audiovisual y el anuncio por megafonía que hizo eco en una grada vacía por el virus que tiene paralizado al fútbol. Joan Laporta y los directivos culés, estuvieron presentes con aplausos para reconocer la labor de Suárez de 2014 a 2020.
El momento más emotivo fue sin duda el abrazo con Messi, que quedó inmortalizado en una foto que le dará la vuelta al mundo y que el propio club viralizó con el mensaje de “amigos por siempre”, contando con la interacción inmediata de todos sus seguidores en el mundo, emocionados como los jugadores.
Aunque la COVID no permitió un acto de mayor caché o tamaño, el Barcelona no quiso dejar pasar la oportunidad de dar un espaldarazo a uno de los mejores delanteros de su historia, además de ser uno de los más fieles y aguerridos que pasaron por el equipo, que terminó despidiéndose casi por la puerta de atrás en una convulsa salida.
Sin sustituto
Si bien el Barcelona ya no juega con un delantero claro en su esquema, la salida de Suárez no fue cubierta de forma eficiente y sigue estando el hueco goleador en el equipos, que esta temporada se ha repartido entre Messi (como siempre) y Griezmann, que afinó la puntería en el tramo final de la temporada.