A pesar de lo dura que puede ser la crisis económica del Barcelona, la misma puede ofrecer oportunidades a los futbolistas de La Masia para llegar al primer equipo que en ocasiones normales muy probablemente no hubieran llegado a tener.
Ya ocurrió la temporada, en el que Koeman, ante un gran número de bajas en el primer equipo, se vio obligado a recurrir al filial, y con excelentes resultados. ¿Hubiera irrumpido Òscar Mingueza como lo hizo? ¿Pedri hubiera tenido todos esos minutos desde un principio? ¿Habríamos visto a Ilaix de titular pese a tener 18 años?
Siendo honestos no hay forma de saberlo a ciencia cierta, pero cualquiera sabe que la respuesta es que no. En los últimos tiempos, antes de la crisis y la pandemia, la tendencia había sido mirar hacia fuera y sacar la chequera en lugar de apostar por los jóvenes en la Masia. Pero cuando las penurias aprietan no queda más alternativa que apostar por los jóvenes.
En pleno proceso de reducción de masa salarial, el Barcelona ha decidido, tal y como informó ayer SPORT, no buscar reemplazo a Junior Firpo. El hispanodominicano ha sido traspasado al Leeds por 15 millones de euros y su hueco no se va a rellenar con un fichaje externo. Eso puede beneficiar a nuestro protagonista: El lateral izquierdo Alejandro Balde.
Una década en La Masia
El joven defensor es uno de los mejores alumnos de La Masia, muchos lo ven como el único recambio natural para un Jordi Alba que muy posiblemente siga en el Barça. El lateral, de padre africano (de Guinea Bissau) y madre dominicana, se inició en el atletismo. Fruto de ello, es uno de los futbolistas más veloces de toda la estructura del Barcelona.
Arrancó su carrera en la escuela de Sant Gabriel, con seis años, pero a mediados de año ya le subieron al Prebenjamín. Esa campaña jugaba de delantero y marcaba goles. El Barça y el RCD Espanyol lo seguían de cerca.
Su camino en La Masia
En aquel entonces, Balde deseaba jugar con el Barcelona, pero en el club demoraron mucho su respuesta y prefirieron aceptar la del conjunto blanquiazul. Allí, también fungiendo como delantero, volvió a destacar y ya se disiparon todas las dudas. Tenía que ser azulgrana y eso fue lo que ocurrió.
Eso ocurrió 10 años atrás. Una década vistiendo de azulgrana y formándose en La Masia. La primera parte del curso pasado lo perdió por una lesión. Un esguince en el ligamento lateral externo del tobillo izquierdo le privó de la continuidad que el joven necesitaba. Una vez recuperado, se convirtió en un jugador de peso para García Pimienta.