Griezmann estuvo en el campo, pero no en el juego

Sabemos que Griezmann jugó ante el Getafe porque la hoja de alineaciones así lo demuestra, una verdad que puede aplicarse a lo que va de temporada, que sabemos que sigue en el Barcelona porque nadie ofertó lo suficiente por el francés. El regreso al Camp Nou no fue suficiente para que el principito tomara aire.

Tiene destellos y momentos importantes, sobre todo en lo físico, pero no es el Atlético y Koeman no es Simeone, se le agradece el esfuerzo bien efectuado pero también se le recuerda que no puede ser por compensación, sino que dentro de su arsenal ofensivo, el que le hizo llegar al club, debe complementarse con el aporte en los regresos.

Ya da igual donde o cómo juegue, siempre se ve incómodo. Puede pasar todo el primer tiempo de un partido desconectado por completo del encuentro y terminar los 90 por la lesión de algún compañero o porque tal vez sea más importante darle descanso a otras piezas como Depay, que sí entiende bien el papel.

Es un crack, sí, pero al que le sigue faltando algo. Hablar de herencias de Messi es ser injusto de entrada con cualquier jugador del mundo porque jamás será ninguno como el argentino y difícilmente alguien pueda igualar sus más de 15 años al frente del escudo del Barcelona como máxima figura.

Pero si te quedas en el club incluso cuando tu salida podría ser importante, debes entender que la mejor manera de cambiar las tendencias es haciendo el máximo esfuerzo y dejando la piel en cada balón para buscar un gol, asistencia o al menos acción peligrosa, ser esa referencia de peligro para el equipo.

Candidato al cambio

Griezmann seguirá jugando mientras Ansu Fati y Agüero sigan entre algodones, porque no hay otro perfil como el suyo, Depay no debería salir de la banda y Braithwaite sería el primero en sentarse. Pero una vez estén todos disponibles, además de Dembélé, es probable que Antoine esté más tiempo en el banco que en cancha.