Josep María Bartomeu ya no es presidente del FC Barcelona, pues así lo ha decidido él mismo el pasado martes 27 de octubre, durante una rueda de prensa. Satisfacción para algunos y tristeza para otros, lo cierto es que el ya exmandatario del club azulgrana protagonizó un sinfín de polémicas durante sus últimos meses de gestión, al timón del barco catalán. 

Sin embargo, los momentos que vinieron justo antes de la dimisión de Bartomeu fueron, aparentemente, bastante tranquilos e introspectivos para el exdirigente, quien estuvo acompañado de sus amigos Jordi Mestre y el también expresidente culé, Sandro Rosell, con quien comparte amistad desde hace cuatro décadas. Tras comer en la casa de este último, se dirigió a su despacho para prepararse para los anuncios.

Posteriormente, a las 21:08 horas, Bartomeu se presentó en la sala de prensa Ricard Maxenchs y habló durante 26 minutos, soltando con orgullo su versión de lo que fue su gestión desde el momento en el que asumió el cargo y dando el anuncio de su dimisión,. Jordi Cardoner, Pau Vilanova y Oriol Tomàs, ahora expresidentes del club, arroparon en aplausos al desgastado protagonista de la escena, quien devolvió el cariño mostrado por el resto de su directiva con algunos aplausos.

¿Qué sigue tras la dimisión de Bartomeu? 

Luego de oficializarse la salida de la presidencia de Josep María Bartomeu, con un referéndum de Moción de Censura a la vuelta de la esquina si no se daba la dimisión antes, debe interceder una Junta Gestora que se ocupará provisionalmente del club hasta la elección definitiva de un nuevo mandatario. La misma estará presidida por Carles Tusquets, economista, quien tendrá que resolver algunos asuntos durante su interinato

Tanto la adecuación salarial a la que debe someterse la plantilla, como los acuerdos con empresas inversoras que deseen formar parte del proyecto Barça Corporate serán las principales responsabilidades de Tusquets. De cualquier manera, se espera que el corto periodo en el que el empresario de 69 años dirija al club sirva para calmar las muy revueltas aguas que rodean al mismo desde hace bastante tiempo.