El FC Barcelona ha protagonizado demasiados ridículos en los últimos años en la Champions League. Temporada tras temporada, los blaugrana han tropezado en más ocasiones de lo esperado y, peor aún, dejando una imagen muy pobre en el campo. Han estado al frente del banquillo Ernesto Valverde, Quique Setién y Ronald Koeman, mientras que en las oficinas Josep María Bartomeu y Joan Laporta han 'dirigido' la orquesta. Independientemente de quienes hayan estado o la fase, el resultado ha sido siempre el mismo: una derrota, goleada, remontada... Hundiendo, si se puede más, al Barça en Europa.
El 3-0 ante la Juventus, las remontadas insólitas -e históricas- de la Roma (0-3) y Liverpool (4-0), así como la goleada del Bayern de Múnich en Lisboa (2-8) o la de la Juventus (0-3) y PSG (1-4) el año pasado y la más reciente, la del conjunto bávaro la semana pasada (0-3), todas en el Camp Nou... Son los recuerdos más difíciles, pero también más recientes para el Barça en lo que a Champions League se refiere. ¿Quién es el culpable? ¿Era el presidente? ¿El entrenador?.
Entre todas estas goleadas y humillaciones, muchos de los protagonistas fueron los mismos. De hecho, de la plantilla que, por ejemplo, vivió la remontada ante la Roma en 2018, con Valverde en los banquillos y Bartomeu en las oficinas del Camp Nou, todavía están en la plantilla Ter Stegen, Piqué, Umtiti, Alba, Sergi Roberto, Busquets...
Precisamente todos ellos (a excepción de un Umtiti, que está de 'milagro') en el Barça, fueron titulares en el debut de los culés ante el Bayern. Sí son los pesos pesados del equipo, que también estuvieron en Lisboa, y parece que poco o nada han aprendido. Lo curioso, en cualquier caso, es que han vivido la misma pesadilla (eso de las humillaciones) con tres entrenadores totalmentes diferentes y dos presidentes.
Esos cinco o seis jugadores no son los 'culpables' de los resultados, pero sí impresiona que, esté quien esté al mando, la historia siempre se repita. O hasta ahora, con toda la Champions League por delante, la historia es así. ¿Hay que poner a los jugadores como responsables? Probablemente. Los entrenadores siempre han tenido la culpa, pero ¿se ha exigido lo suficiente a los protagonistas en el campo? y esa es la cuestión.
Las comparaciones son demasiado odiosas, no es un secreto. El Barça tiene una de las plantillas más costosas de Europa e igual lleva siendo humillado desde 2017 en la competición continental. El curso pasado fue en octavos, con el PSG, mientras que el Real Madrid con un vestuario mucho menos vistoso y sin estrellas, alcanzó las semifinales y peleó por llevarse el tícket a la final. Se puede discutir que no ganaron nada, en definitiva, pero los jugadores, sin tantos recursos, pelearon hasta el final... ¿Porque querían 'cuidar' a su entrenador?
En el Barça todo es diferente, no quiere decir que mejor o peor, pero sí que es diferente. Memphis decía hace unos días que era necesario "remar en la misma dirección" y tiene toda la razón, desde las oficinas, hasta la Ciutat Esportiva, llegando al Camp Nou y en los hoteles de concentración. Todos tienen que asumir galones, pelear por más. Parar de conformarse. Un empate tiene que ser inadmisible, una actuación irregular no puede ser aceptada solo porque "pudo ser peor". El Barça no es un equipo de mitad tabla que tiene que ajustarse. Tiene que sobreponerse siempre e, independientemente de quiénes hayan sido los líderes, la realidad no ha cambiado.
Es necesario dar un paso adelante
Los blaugrana tienen la fortuna de que la temporada apenas va comenzando y que los errores pueden ser remendados. Pero tiene que haber convicción, ambición y, sobre todo, ganas de pelear y sufrir hasta el último suspiro para defender el escudo. Los jóvenes ante el Bayern así lo hicieron; algo que tienen que adoptar también los más veteranos (y los que no son tan veteranos). Aún queda tiempo de mostrar una versión más convincente, que no dependerá únicamente de quien tome las decisiones en el banquillo.