Koeman, con los pelos de punta ante el Dynamo en el banquillo

Ronald Koeman, actual entrenador del FC Barcelona, tuvo una tarde bastante dura mientras su equipo se enfrentaba al Dynamo de Kiev, por la tercera jornada de la fase de grupos de la UEFA Champions League. El neerlandés fue captado por las cámaras de televisión, enardecido por las facilidades que los hombres que alineó para el encuentro estaban otorgando a los ucranianos, quienes estuvieron, en varias oportunidades, cerca de empatar el compromiso.

Luego de que Messi marcara el 1-0 a favor de los culés, por la vía del penal y de que Pedri mostrara su capacidad ofensiva con dos remates que casi se cuelan en la valla de los visitantes, el partido pareció controlado por el Barcelona. Pero para la segunda mitad, los dirigidos por Mircea Lucescu avisaron con un gol de cabeza que fue invalidado ya que el balón había salido del campo antes de que el jugador del club capitalino ucraniano lo impactara. 

El gol de Piqué trajo la calma nuevamente, de manera circunstancial. Pero a partir de ahí, las oportunidades del Dynamo se multiplicaron y, si no fuera porque Marc-André Ter Stegen tuvo una noche supremamente estelar, deteniendo cuanto mano a mano se le atravesaba, el resultado del encuentro hubiese sido distinto al que se firmó cuando el colegiado Michael Oliver sonó su silbato para finalizar el mismo. 

A pesar de la notable actuación del cancerbero alemán, el gol del conjunto visitante cayó cuando aún quedaba tiempo en el reloj y el equipo de Lucescu experimentó un aluvión de ideas ofensivas, que lo llevaron a estar cerca de empatar el compromiso en muchas oportunidades. Esta situación fue la que provocó el desespero de Koeman, quien vivió una auténtica noche de adrenalina en el banquillo del Camp Nou.  

Koeman buscó soluciones

La falta de solidez defensiva que estaba mostrando el FC Barcelona llevó a Ronald Koeman, en principio, a intentar revitalizar el mediocampo de su equipo, dándole entrada a Sergi Roberto por Antoine Griezmann al minuto 60 del encuentro ante el Dynamo. Posteriormente, el estratega intentó mejorar la defensa de la oncena que estaba sobre el terreno de juego e hizo ingresar a Lenglet en la fracción 74 del compromiso. 

Sin embargo, tan solo un minuto  después de la entrada del defensor central francés, llegó el gol del Dynamo de Kiev, desde los botines de Tsygankov. En esos últimos 15 minutos del encuentro se vio lo peor del partido en cuanto al rendimiento del FC Barcelona y del desespero de Koeman, quien dio la orden para que Aleñá sustituyera a Pedri en el minuto 83 e intentar así, sellar el medio del campo y bloquear los intentos de los visitantes de ejecutar la remontada.