Ronald Koeman y Antoine Griezmann están manteniendo una especie de 'guerra fría' desde el partido contra el Sevilla. Los azulgrana empataron ante los hispalenses y el francés desperdició un par de ocasiones claras que el holandés le recriminó más tarde en rueda de prensa. "Hoy ha tenido dos oportunidades y, por su calidad, tendría que haber marcado en alguna de esas dos jugadas", afirmó.
Esas palabras y el hecho de que el neerlandés esté colocándole en banda derecha puede que molestaran al galo, que mandó un mensaje al de Zaandam desde la concentración de la selección francesa durante el parón. "Me siento bien, me encuentro bien, porque el entrenador sabe dónde ponerme y, por lo tanto, me beneficio de ello, así como de la confianza que me brindan el técnico y mis compañeros", dijo, en referencia al papel que le da Didier Deschamps en Francia.
Esta indirecta la recibió con cierta molestia Koeman, que antes del choque frente al Getafe quiso dejarle claro al de Macon quién mandaba. "Estuve hablando con él ayer por la tarde, pero no por lo que ha dicho. Hablamos sobre su posición y sobre su rendimiento del jugador. Le dije que yo busco lo mejor para el equipo y que pienso que su posición es por la derecha con libertad. Al final decide el entrenador lo que es lo mejor para el equipo. El técnico manda y luego cada jugador tiene que sacar el máximo rendimiento", apuntó.
Estas declaraciones encendieron la mecha, pero sorprendentemente el ex seleccionador de Holanda cedió y puso a Griezmann de 'falso 9' contra los azulones el sábado pasado. Poer desgracia para el ex rojiblanco, tampoco rindió en ese puesto y desperdició la ocasión más clara del Barça en el partido. Sin duda, esa presión añadida tras este enfrentamiento con su entrenador pueda estar afectándole negativamente de cara a gol.
Koeman presionó al atacante tras sus fallos en Sevilla y tras el cruce de declaraciones posterior ha quedado claro que recriminarle eso no ha ayudado en nada. El holandés suele ser muy claro en todo lo que dice y suele cumplir con lo que promete, pero con Antoine cedió a las primeras de cambio. Cambiarle de puesto tras sus quejas podría minar su respeto en el vestuario de cara al futuro y es un precedente muy malo.
Koeman y Griezmann deben solucionar sus problemas
Un jugador no debería influir en las decisiones de su técnico mediante quejas y un entrenador no debería plegarse a las mismas. Habrá que ver dónde y cuánto juega el ex del Atlético en los próximos encuentros y cómo avanza esta relación con su míster. El Barcelona necesita tranquilidad para crecer y este absurdo enfrentamiento debe quedar atrás cuanto antes por el bien de todo el grupo.