El FC Barcelona recibió una importante suma de dinero con la marcha de Neymar al PSG en 2017. Unos 222 millones de euros ingresaron a las arcas del club para entonces, y el club que para entonces presidía Josep Maria Bartomeu decidió invertir en los fichajes de Ousmane Dembélé, Antoine Griezmann, Frenkie De y Philippe Coutinho.
En principio, parecía que la inversión era un despropósito, teniendo en cuenta la cantidad de la que el club disponía y el rendimiento que los jugadores mostraron durante sus primeras temporadas para una afición que esperaba resultados positivos e inmediatos tras la marcha del brasileño al equipo parisino. Sin embargo, la labor de Ronald Koeman parece dejar en evidencia que varios de los fichajes estaban justificados al sacar lo mejor de ellos.
Ante la salida de piezas clave como Suárez, Vidal o Arthur, el neerlandés estaba obligado a trabajar con las piezas que tuviese a su disposición. Con el tiempo, Koeman ha sabido poner a tope a sus jugadores física y mentalmente, lo que se ha traducido en mejores resultados, al buscar maximizar su rendimiento en las posiciones más favorables para ellos dentro del campo.
Griezmann, De Jong y Dembélé, claves en el Barça de Koeman
El míster nunca dejó de creer en Griezmann, pese a que su arranque con el club estuvo lleno de claras ocasiones desperdiciadas de cara al arco rival. El francés recibió muchas críticas, pero Koeman supo transmitirle la confianza necesaria y la mejora ha sido evidente: el atacante parece revivir su mejor versión con el Atlético. En esta temporada suma seis goles y el mismo número de asistencias, por lo que el costo de su ficha (120 millones de euros) parece justificado.
De Jong tampoco parecía encajar en el Barça pese a llegar procedente de una escuela afín a la filosofía de juego del club. Ni Valverde ni Setién parecían hallar la fórmula para sacar lo mejor del neerlandés. Sin embargo, Koeman le dio un voto de confianza y optó por retrasarlo un poco en el campo, teniendo en cuenta que ya había dirigido al jugador en la selección de los Países Bajos. El cambio tampoco resultó, pero decidió que debía jugar como interior, donde ha mostrado su mejor cara, y ya suma cinco goles.
Dembélé no tuvo un buen inicio con el club azulgrana. Las lesiones no le permitían rendir a tope tras su llegada. No obstante, el cuerpo técnico supo detectar a tiempo los problemas que aquejaban al francés, y el entrenador ha ido incorporándolo paulatinamente a la titularidad. El aspecto mental también ha sido trabajado y hoy su presencia en el campo supone un peligro para los rivales, aunque todavía le falta pulir su faceta goleadora.