El pasado de Ronald Koeman como jugador le dejó un colchón amplio para su vida de entrenador, que desde que comenzó no ha hecho más que gastar el crédito a pasos enormes, recordando el polémico paso por el Valencia como el más polémico de todos y que al fichar por el Barcelona, generó muchas dudas.

Pero una vez sentirse culé de nuevo, todo comenzó a mejorar. Su discurso directo comenzó a tomar sentido, sus estrategias se vieron fortalecidas en un grupo roto, fortaleció un vestuario atemorizado por la posible marcha de Messi y hasta se enchufó en LaLiga de nuevo, a cuatro puntos del Atlético de Madrid.

Tal ha sido el efecto azulgrana que hasta fuera del fútbol se ve la mejora. Uno de sus pasatiempos fuera del fútbol es otro deporte, el golf, ese que tantos problemas le generó a Bale pero que con el holandés es muy distinto. Cuando regresó a España, tenía un hándicap de 24, lejano a su verdadero nivel.

Muchos de los que le acompañan en los 18 hoyos hablan sobre sus habilidades de 12, haciendo referencia a su gran capacidad en toques cortos, una salida fuerte y un combo de Drive y Putt que le convierten en un rival difícil. Para dar fe de esto, se dio un paseo por el Masía Bach, para hacer un recorrido completo.

La Federación recibió la tarjeta de estos 18 hoyos y no, Koeman no es un 24, tampoco un 12, es un 8.7, cifra muy distante de lo que anteriormente tenía en registro y mucho mejor de lo que él mismo consideraba, aunque sigue siendo un pasatiempo y no es habitual en torneos o competiciones fuertes.

Segundo en el Barcelona

De los entrenadores y jugadores culés que en algún momento jugaron al golf, Pep Guardiola, ex director técnico del club, es el que mejor números tiene, con un 4.1 muy cercano al nivel profesional, seguido por el propio Koeman y Riqui Puig, un poco más lejos, con 15.9. Joan Laporta, recién electo presidente del FC Barcelona, no sale del 28 que hace tiempo marcó, aunque está un tanto distanciado de los palos últimamente.