Hace días que quedó resuelta su permanencia en el Atlético de Madrid, pero el caso Antoine Griezmann todavía colea. El francés era una de las estrellas más deseadas del verano, pero tras flirtear con el FC Barcelona y acabar echándose atrás le están pasando factura su exceso de teatro y una desconcentración que ha afectado a la selección francesa. El juego del delantero no ha gustado a nadie.
En concreto, los rojiblancos le han perdonado el jaleo porque continuarán luchando por objetivos comunes, pero a los azulgrana les cuesta aceptar una decisión que entienden por sentimientos pero no por aspiraciones. El asunto es más complicado de lo que puede parecer, sobre todo porque las negociaciones estallaron por un movimiento que resultó definitivo.
El de Macon parecía decidido a jugar en el Camp Nou, pero vivió un carrusel de emociones tras la final de la Europa League. El vestuario le arropaba haciéndole dudar y la grada le pitaba, justo antes de una charla con Diego Simeone que pudo cambiarlo todo. El entrenador le tocó la fibra y el club el bolsillo, porque le pusieron 23 millones de euros por temporada encima de la mesa.
Acto seguido, el delantero decidió hacer su jugada, ya que llamó a la Ciudad Condal y pidió 25 'kilos' para mantener su apuesta. Esta reacción no gustó nada a la directiva culé, porque aunque era entendible a nivel personal, acabó echando por tierra cualquier intento de confirmar el fichaje. Ni en junio, ni en julio, era un caso cerrado.
Bartomeu no cedió con el sueldo de Antoine Griezmann
En un verano en el que el Barça intentaba hacer caja para hacer hueco a Antoine Griezmann entre sus grandes estrellas, la exigencia del galo rompió cualquier posibilidad de verle vistiendo de azulgrana. La masa salarial está al límite, y otra ficha en esta condiciones hubiera supuesto una amenaza real para la economía del conjunto catalán. Además, la UEFA está muy encima en los asuntos relativos al 'Fair Play Financiero', por lo que no conviene despistarse.
Aunque tiene claro que la decisión decepcionó a algunos de sus jugadores, Josep Maria Bartomeu hizo lo que creyó mejor para el club, ya que además cuenta con el respaldo del área deportiva. El punta sólo era una prioridad por las condiciones favorables de su fichaje, pero analizándolo friamente, los centrocampistas serían una mejor opción. Ahora ya se ha tomado ese rumbo, y en unos meses se verá quiénes han sido los vencedores y quienes los vencidos de la historia.