Después de algunos meses de tranquilidad, por lo menos en lo referente a la defensa, al FC Barcelona se le deshizo la retaguardia en apenas un par de jornadas. Gerard Piqué sancionado, Javier Mascherano lesionado y Samuel Umtiti también de baja para unos meses. Todo eran dudas para Ernesto Valverde, pero las apagó un invitado inesperado, Thomas Vermaelen.
Porque sus propias dudas quedaron a un lado cuando los azulgrana más necesitaban al belga, ese jugador de cristal que de "rendimiento inmediato" no tuvo nada. Tardó en llegar, pero su valía ha quedado probada en un mes en el que ha vivido algunos desafíos de órdago, con duelos, entre otros, en Mestalla, el Estadio de la Cerámica o el Santiago Bernabéu.
Un error de Sergio Busquets le comprometió con una amarilla muy pronto, y a punto estuvo de costarle un disgusto una anticipación de Karim Benzema, pero a estas alturas está más que claro que si el físico respeta a Vermaelen, es un central como la copa de un pino. Se entiende a la perfección con cualquiera que le pongan al lado, no se complica y va bien de cabeza y con los pies. Todo un descubrimiento.
La familia Vermaelen
Una de las anécdotas del Clásico en las redes sociales la pusieron, precisamente, los hijos de Vermaelen, que recibieron con gran ilusión la titularidad de su padre en el Santiago Bernabéu. Polly Parsons, esposa del futbolista, compartió un vídeo en el que se puede ver a los tres niños viendo los onces iniciales en la televisión, y cuando entre todos los jugadores aparece el de Kapellen, se desata la alegría con saltos y gritos en la sala. Enternecedor.