La llegada del verano no ha traído buenas noticias al Barça, que esperaba tomarse un descanso para afrontar con más garantías la temporada que viene y ha visto como varios terremotos internos han amenazado a su equipo. Alejado de la actualidad de la primera plantilla, aunque no menos preocupado, se encuentra Rafinha Alcántara, que sigue trabajando para recuperarse de su lesión.
El brasileño se encuentra de baja desde el pasado 3 de abril, cuando se rompió el menisco en un enfrentamiento liguero contra el Granada. Tras someterse a una artroscopia, el pronóstico fue de unos cuatro meses alejado de los terrenos de juego, pero el centrocampista ya ha superado los plazos y parece que todavía no está en disposición de sumarse al resto de sus compañeros.
Hace más de una semana que se cumplió el tiempo estimado de baja, pero las sensaciones no invitan al optimismo y Rafinha sigue encerrado en el gimnasio, donde se machaca junto al fisioterapeuta Xavi Linde. Además, una vez se confirme su vuelta, el de Sao Paulo deberá cumplir con una pretemporada personalizada, con el objetivo de recuperar el tono físico y ponerse al nivel del resto de jugadores.
Obstáculos para salir
En unos meses en los que se ha puesto en duda su continuidad en el Barça, el futuro de Rafinha Alcántara es mas incierto que nunca. El brasileño quiere apurar sus opciones de llegar al Mundial de Rusia, pero parece difícil que disponga de oportunidades en un conjunto en el que no ha logrado tener continuidad y que busca más refuerzos en su zona de acción, un puesto que además está sobradamente cubierto.
Con la salida de Luis Enrique, el ex del Celta puso la mirada en el mercado de fichajes como una posible solución, aunque los plazos de su recuperación cerrarían el paso a una operación que parece demasiado complicada, puesto que el club no regalará a uno de sus jóvenes valores y hoy por hoy no está en disposición de sacar una buena renta por un futbolista que está lesionado.