La mayoría de los culés acertaron en sus quinielas sobre la alineación del pasado domingo en la ida de la Supercopa de España. Sin embargo, seguro que el barcelonismo se habrá sorprendido con los muchos movimientos de Valverde de cara al encuentro de vuelta, dejando claro que no le gustó nada la actuación de algunos jugadores frente al Real Madrid en el Camp Nou.
Partiendo de la base de que lo lógico cuando las cosas no van bien es hacer cambios, no dejó de llamar la atención que Valverde, ante un partido prácticamente intrascendente al tener el Barça muy cuesta arriba la Supercopa, no decidiera apostar por dar una segunda oportunidad al once del pasado domingo para confirmar así sus teorías.
Para llegar a conclusiones fiables, la premisa irrevocable es que hace falta probar las cosas más de una vez. Y quizá este miércoles era de nuevo el momento para dar la oportunidad a jugadores como Aleix Vidal y Deulofeu, y más tarde cambiarles en la segunda mitad en el caso de que no ofrecieran el rendimiento deseado sobre el terreno de juego.
Experimento inesperado de Valverde
En vez de eso, el técnico extremeño apostó por un once con la presencia de tres centrales, Mascherano, Piqué y Umtiti, y plagado de centrocampistas, con André Gomes, Sergi Roberto, Busquets, Rakitic y un Jordi Alba con su posición algo adelantada para generar desequilibrios.
Un experimento que podría resultar factible más avanzada la temporada, pero que justo ahora podría confundir todavía más a unos jugadores que quieren hacerlo lo mejor posible sobre el césped, pero que puede que no sepan cómo. Ernesto Valverde deberá encontrar la fórmula del éxito... Pero sin cambiar constantemente los ingredientes.