La noche del lunes ha estallado en rumores con la información de que el FC Barcelona podría haber frustrado el fichaje de Malcom por la Roma para convertirle en alternativa a Willian, y a pesar de que faltan versiones oficiales sobre el asunto, ya han empezado a surgir las primeras preguntas. Está claro que el brasileño del Girondins de Burdeos sería un incorporación prometedora, pero provoca tanta sorpresa en los aficionados como en la planificación.
Contando con el potencial y la juventud del jugador (21 años) y la situación actual del mercado, un acuerdo cifrado en cerca de 40 millones de euros -según medios italianos y franceses-, parece un gran acierto, pero también hay que contar con que hay algunos inconvenientes. Además de un posible exceso de atacantes en la plantilla, podría convertirse en un 'tapón' que amenazaría de nuevo a la cantera.
Lo cierto es que, en este sentido, no son problemas que no fueran a ocurrir con Willian, que además llegaría con la obligación de rendir de inmediato. Son alrededor de 30 'kilos' menos y prácticamente 9 años de diferencia, lo que, pensando en el futuro, también puede resultar clave, y más teniendo en cuenta el relevo generacional en el que se encuentran inmersos los azulgrana.
Igualmente, el desafío de los catalanes es luchar de nuevo en todas las competiciones, por lo que con un esfuerzo en la gestión del vestuario podría significar un impulso de cara a los títulos. Como suele decirse, 'hay partidos para todos', algo que permitiría recuperar una frescura que se perdió al final del pasado curso.
Dejando de lado las cuestiones generales, Malcom podría suponer algunos cambios para Philippe Coutinho y Ousmane Dembélé, competidores y compañeros en un equipo lleno de estrellas. Su parecido en características con los dos recién llegados podría llegar a ser un obstáculo a largo plazo, algo que tratado con paciencia y diálogo, se podría convertir en ventaja.
Las dudas sobre el fichaje de Malcom
¿Qué pasará con Ousmane Dembélé?
Ocurrió con Antoine Griezmann y ha sucedido con Malcom, y es que cualquier refuerzo para la delantera parece un golpe directo a las posibilidades de Ousmane Dembélé. El francés tiene fuerza, calidad, ganas y confianza como para luchar por la titularidad allá donde se proponga, y más que un temor, los fichajes deben ser un aliciente.
En lo relativo a cuestiones deportivas, el brasileño ocupa su misma banda, aunque ambos tienen capacidad para jugar tanto por derecha como por izquierda. Si llega el de Sao Paulo, lo normal sería que se mantuviera el 4-4-2 o se evolucionara a un 4-2-3-1, lo que supondría la continuidad de Leo Messi y Luis Suárez como referencias más centradas y abriría espacio para Malcom, Coutinho y Dembélé por las bandas (sólo uno quedaría en el banquillo).
¿Qué pasará con Philippe Coutinho?
Del carioca se dijo que lo ideal sería que adelantara unos metros su posición si llegaban algunos centrocampistas a la Ciudad Condal, pero como llegaría otro extremo, podría retroceder y hacer de Andrés Iniesta, confirmando la apuesta por ponerle de interior. Otra solución sería la anteriormente mencionada, pero está claro que los galones de titular serían para el ex del Liverpool porque ya ha demostrado su adaptación y experiencia.
¿Qué pasará con la cantera?
La respuesta que serviría para tranquilizar algo sobre los jóvenes del filial es que no hay ningún perfil como el que aportaría Malcom, y en el caso de que lo hubiera, hay que tener en cuenta la polivalencia. Tanto él como Dembélé y Coutinho se adaptan a varias posiciones sin problema, igual que jóvenes promesas que podrían ir entrando, como Abel Ruiz. En un sistema con tanto movimiento y aprovechamiento de espacios como el culé, los puestos ofensivos quedan algo difuminados, necesitando más capacidad para desenvolverse en varios escenarios en ataque.