LAMINE QUERÍA SEGUIR EN EL CAMPO
Lamine Yamal no se tomó nada bien su cambio contra el Girona
Publicación:6/05/2024 - 11:33h
Actualización:6/05/2024 - 11:33h
El Barça está en un cierre de temporada algo complicado y eso puede trasladarse a sus jugadores, incluso haciendo que chavales tan tranquilos como Lamine acaben mosqueándose en el banquillo culé
El FC Barcelona parecía tener el partido controlado el pasado sábado ante el Girona hasta ya cumplida la primera hora de partido. De hecho, llegó el minuto 65, y con Lamine Yamal como gran protagonista, los culés parecían que se adueñarían aún más de la segunda posición y demorarían por otra jornada la celebración del Real Madrid, pero todo quedó en la nada misma.
Y una de las situaciones llamativas de eso es que aunque Lamine había dado la asistencia a Andreas Christensen para el 0-1, y también había provocado el penalti para el 1-2 antes del descanso, se marchó al banquillo poco antes de cumplirse el minuto 85. A pesar de que en el cierre del primer tiempo cogió el balón en tres cuartos de campo y empezó a superar rivales, Xavi entendió que debía descansar y dio ingreso a Joao Félix, pero aquello no cayó muy bien en el chaval.
Lamine demostró su impotencia en medio de la caída del Barça
Lamine acabó enfadado, como la mayoría de culés, después del partido, pero sobre todo evidenció su incomodidad después del cambio, cuando tiró una sudadera al suelo, mostrando esa rabia y frustración por haber dejado el campo. Después que claramente había corrido muchísimo durante el duelo, Xavi lo cambió en el minuto 84, y el internacional español entendió que no era la mejor decisión.
El mosqueo de Yamal tras su cambio en Girona.#DeportePlus pic.twitter.com/UDOFDFI6oQ
— Fútbol en Movistar Plus+ (@MovistarFutbol) May 5, 2024
Queda claro, por supuesto, que los gestos del canterano del Barça también habrán tenido como causas la derrota culé en ese momento, alejándose ahora de la Supercopa de España, y también por él no podido seguir siendo el dueño del partido. A ello hay que sumarle que siempre cada delantero espera poder cambiar las cosas en los últimos minutos del juego, y en ese momento sabía que esa oportunidad ya no la tendría.