Laporta gestiona las pérdidas al peor escenario posible y la plantilla se devalúa

La 20-21 del Barcelona cerró con 481 millones de euros en pérdidas, una cifra muy alarmante que tiene motivos claros, heredados principalmente, pero que al final pasan factura más allá del origen real de   cada uno de los inconvenientes. Ahora tendrán que ponerse manos a la obra para solventar esto de cara a la 21/22.

El primer motivo que terminó de inflar la cifra final fue la depreciación de jugadores en la plantilla, que sumó un total de 138 millones de euros, tomando en cuenta que al final del ejercicio esto llega con algún gesto pensando a futuro. Si bien hay jugadores como Pedri, Mingueza y Araújo que pudieron subir de valor, el club no lo tomó en cuenta.

Hicieron las correcciones de valor de cada uno para presentar números finales y no tomaron en cuenta el crecimiento de los mismos, esto con la intención de que para la próxima temporada se sume con mayor facilidad en números verdes al final del curso, que las ganancias sean más rápidas y la recuperación sea más provechosa.

Las provisiones judiciales también sumaron en este número final, ya que desde que las pérdidas por COVID no tienen que adherirse a los resultados finales del presupuesto los clubes han podido maniobrar con mayor comodidad en sus cuentas, algo que hizo Laporta para este curso y que puede traerle resultados positivos.

Con estos números, Laporta puede afrontar de cara esta temporada y comenzar a sentar bases en cada uno de los procesos que se lleven a cabo en cuanto a la economía del club, comenzando por los préstamos y contratos de jugadores, que se siguen reduciendo para que la masa salarial no esté tan elevada ni genere tantos gastos.

Nueva cara

Con fondos para pagar nóminas y los jugadores que tendrán un costo considerable para el próximo mercado de verano, la recuperación del Barcelona puede ser más corta, aunque cualquier error podría resultar muy caro en las cuentas del club y con eso, la planificación deportiva verse más afectada.