Tiene 33 años y un currículum más que destacado, pero Andrés Iniesta no ha perdido ni una pizca de su amor por jugar a fútbol. El manchego ha avisado que no todavía no quiere pensar en la retirada, y que pretende seguir disfrutando mientras pueda. En la selección española y el FC Barcelona no podrían haber recibido mejor sus intenciones.
Tanto Julen Lopetegui como Ernesto Valverde han rechazado dar un papel secundario a un centrocampista que es de vital importancia en sus planes. Más allá de las pequeñas lesiones que le han lastrado en este arranque de temporada, al capitán se le espera en la lucha por los títulos, y más en un año que acabará en una gran cita internacional, el Mundial.
El técnico vasco ya lo reconocía en su última intervención pública: "Estando bien, evidentemente es un jugador al que consideramos muy importante para nosotros. Ha sido fundamental y lo sigue siendo. Es un jugador absolutamente vigente en su fútbol, en su conocimiento del juego y en su rendimiento".
Y el Txingurri lo ha demostrado a base de hechos. El de Fuentealbilla es el alma de su Barça, y buena prueba de ello es que le ha colocado como titular en 12 de los 13 partidos en los que ha estado disponible. Mientras Luis Enrique optaba por darle descanso lejos del césped, el extremeño ha dado con su propio sistema: Siempre juega lo justo y necesario, y después, al banquillo. En lo que va de curso casi ha doblado su participación, con 900 minutos por los 490 que acumulaba en el pasado por las mismas fechas.
Acepta el reto
El primero en dar un paso adelante frente a este nuevo desafío ha sido el propio Andrés Iniesta, que ha defendido en los últimos meses que es apto para el fútbol de alto nivel. Puso fin a sus dudas sellando su renovación con el Barça, y tras ella ha afirmado sentirse en condiciones de compaginar el club con la selección. Que así sea.