Su 'guerra' con Leo Messi ha sido el tiro de gracia para un Josep Maria Bartomeu que hace tiempo que no cuenta con el respaldo de la afición del FC Barcelona. El argentino 'desnudó' al presidente en su entrevista a 'Goal' de hace menos de una semana y cargó contra él muy duramente. Además de decir que faltó a su palabra al prometerle que podría irse si quería para después negárselo, el '10' criticó la gestión del máximo mandatario azulgrana.
"No viene del resultado del Bayern, viene de muchas cosas. Siempre dije que quería acabar aquí y siempre dije que me quería quedar aquí. Que quería un proyecto ganador y ganar títulos con el club para seguir agrandando la leyenda del Barcelona a nivel de títulos. Y la verdad que hace tiempo que no hay proyecto ni hay nada, se van haciendo malabares y van tapando agujeros a medida que van pasando las cosas", señaló el capitán.
Esos malabares y esos agujeros que se tapan según como vayan las cosas viene de largo, pero probablemente se empezó a hacer mucho más evidente en 2017. El Barça, a pesar del subidón por la legendaria remontada contra el Paris Saint-Germain, acabó el curso perdiendo de forma contundente con la Juventus de Turín en los cuartos de Champions. Una derrota que se sumó a la de LaLiga y que se hizo más dolorosa aún por el doblete de Liga y Liga de Campeones que hizo el Real Madrid.
Ese mismo verano, Neymar Jr decidió plantar al conjunto barcelonista y puso rumbo al PSG. Los parisinos, contra todo pronóstico, le convirtieron en el fichaje más caro de la historia pagando los 222 millones de euros de su cláusula de rescisión. Un momento tremendamente doloroso para todos los culés, que vieron como el heredero de Messi se marchaba para ser la gran estrella de un club que también fichó a Kylian Mbappé para intentar ganar la Copa de Europa.
Bartomeu empezó a improvisar en 2017
En ese momento fue cuando Bartomeu, en lugar de sentarse, pensar y trazar un nuevo plan, comenzó a improvisar. El Barcelona tenía un plan hasta ese momento y ese plan se llamaba 'MSN'. El tridente formado por Leo, Ney y Luis Suárez ya trajo un triplete en 2015, y con un entrenador competente y bien rodeado podría haber traído muchos más éxitos. Pero el paulista se fue sin previo aviso y el proyecto culé se fue al desagüe.
El presidente decidió entonces aprovechar el dinero del PSG y fichar lo más llamativo que había en el mercado. Para empezar, gastó 105 'kilos' más 40 en objetivos por una promesa como Ousmane Dembélé. El francés tenía muy buena pinta en ese momento, pero estaba lejos de ser una estrella consagrada que costaba ese dineral. Además, llegaron Paulinho y un Nélson Semedo que debía ser el relevo de Dani Alves. El brasileño cumplió, pero pocos entendieron su llegada, mientras que el luso todavía hoy sigue sin haberse ganado la aprobación de todo el barcelonismo.
Meses después de eso, en enero de 2018, también llegó Philippe Coutinho. El brasileño se convirtió en el fichaje más caro de la historia del Barça con 120 millones y 40 en variables, una barbaridad. Hasta ahora, el de Río ha decepcionado, igual que Dembélé, al que las lesiones han machacado desde 2017. Todo el dinero de Neymar se fue en dos jugadores que apenas han tenido incidencia en el equipo y que no han demostrado casi nada desde que llegaron.
Además, en 2019 aterrizó en el Camp Nou Antoine Griezmann, un gran futbolista, una estrella, pero un jugador innecesario teniendo en cuenta cómo juega el Barcelona. El francés ha estado muy lejos de su mejor nivel y por ahora no ha encontrado su sitio. Messi no quiso que llegara e intentó que el club trajera de nuevo a Neymar, pero el PSG se negó y Bartomeu optó por el de Macon. Un año después de eso, el Barça ha terminado su primer año en blanco después de mucho tiempo. Además, Messi quiere irse, solo se va a quedar obligado y todo indica que el presidente se acabará yendo en marzo, cuando serán las elecciones, por la puerta de atrás.
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