Xavi Hernández comunicó el sábado que dejaría el banquillo del FC Barcelona el 30 de junio. Son varios motivos que le llevaron a tomar esta decisión, que sorprendió a todo el mundo por el momento que llegó. Pese a haber conquistado dos títulos la temporada pasada, el técnico catalán siente que se crearon unas expectativas que no estaban al unísono de la situación económica, institucional y deportiva del club.

El objetivo que se había marcado tanto Xavi como el club tras ganar la Liga era la Champions, un trofeo que se le resiste al cuadro blaugrana desde la temporada 2014-2015. Ganarla es ahora mismo una utopía, teniendo en cuenta los rivales que compiten por ella. Reconocen que desde dentro del club, empezando por el propio Xavi y su cuerpo técnico, se vendió un discurso que no correspondía con la realidad del club.

Las expectativas que se habían generado tras ganar la Liga, alimentadas por el propio entorno del club, estaban muy alejadas de la situación de la entidad, tanto económica como deportiva. Pese a haber conseguido dos títulos, el Barça venía de disputar la Europa League dos años seguidos tras haber caído estrepitosamente en la fase de grupos de la Champions. En ese sentido, parece que consideran que se equivocaron generando unas expectativas sobre una competición donde hay clubes como Manchester City, Arsenal, Bayern de Múnich, PSG y Real Madrid. 

Xavi realista con la situación del club

Pese a todo ello, Xavi es consciente de la situación en la que se encuentra económica y deportivamente el club. El pasado verano se invirtieron solo 4 millones en fichajes y no se pudo fichar a los jugadores que había pedido entrenador. Se perdieron futbolistas que aportaban talento al equipo como Sergio Busquets, Jordi Alba o Ousmane Dembélé, y se 'sustituyeron' por jugadores como Gündogan o Joao Félix, que no están dando su máximo rendimiento.