—>
Aparece otro gran competidor por el lateral derecho del Barça

PASÓ FACTURA ANTE EL GRANADA

El pecado capital del Barça: No cerrar a tiempo los partidos

Publicación:30/04/2021 - 00:44h

Actualización:30/04/2021 - 00:44h

El Barça fue superior en la visita del Granada al Camp Nou, pero los culés pecaron de un mal que les ha acompañado en muchos partidos de esta temporada: no cerrar los resultados

Ver calendario del FC Barcelona

Con un resultado ajustado, así las sensaciones en el campo sean muy buenas, el FC Barcelona no puede permitirse dejar los partidos abiertos e invitar al rival a soñar. Contra el Granada, los blaugrana ganaban 1-0 y presionaron de cara al área de Aaron, pero sin suficiente peligro. Eran muy superiores y el segundo tanto estaba por 'caer', pero terminaron perdonando muchas oportunidades y los de Diego Martínez aprovecharon las dos que tuvieron para remontar el marcador y dejar a los culés en una situación muy incómoda de cara al último tramo de la temporada. 

Desde el gol de Messi hasta la hora de partido, antes de que Darwin Machís igualara el marcador, los de Ronald Koeman fueron visiblemente superiores, pero una vez más en la segunda parte no consiguieron cerrar el resultado, algo que ya pasó ante el Getafe y Villarreal. Ante el club 'azulón', el Barça ganaba 3-1 al descanso, un resultado muy cómodo, que dejó a los culés a medio gas en la segunda parte, sin prácticamente ocasiones hasta el gol de Ronald Araújo, en el 86, cuando el marcador iba 3-2. Finalmente, Griezmann también marcó desde el punto de penalti y consiguieron un marcador que no reflejó todo el sufrimiento en los últimos 45 minutos.

Ante el Villarreal, se repitió el libreto. Los culés se marcharon al descanso con un 1-2 a favor y la sensación de ser superiores, para saltar al campo en el segundo acto sin pólvora ofensiva, ante un 'submarino amarillo' que comenzaba a ganar metros en el terreno de juego y se animaba a incordiar a la defensa azulgrana, aunque sin mucho éxito. El Barça se vio en una situación muy difícil, pero igualmente no era capaz de reaccionar y buscar el 1-3 para calmar los ánimos, pero la buena noticia fue que el Villarreal tampoco empujó mal y los de Koeman se llevaron los tres puntos de La Cerámica. 

Hasta llegar al choque ante el Granada, con la misma historia, pero esta vez con un resultado en contra para los culés, que pudieron sentenciar el partido en varias oportunidades durante la segunda mitad. Después, con el gol de Darwin Machís, el Barça perdió fuerza en el campo y el tanto de Jorge Molina fue la 'sentencia' para un conjunto azulgrana que recibió un verdadero jarro de agua fría que complica, además, sus opciones en la lucha por LaLiga Santander. 

Lo más preocupante, no obstante, es que es una situación que se ha repetido en muchas oportunidades durante la temporada. La más reciente fue ante el Cádiz, en el Camp Nou, cuando los culés ganaban 1-0 cómodamente y al final  con un penal provocado por Clément Lenglet se firmó el 1-1 de los 'gaditanos'. Antes, en la final de la Supercopa de España, pasó algo similar. Los culés ganaban 2-1 y el Athletic igualó el marcador en el 90 y lo remontó en el tiempo extra, para terminar con 2-3.

A la lista se le suman el empate ante el Valencia (2-2) o la derrota ante el Cádiz (2-1), partidos en los que el dominio del Barça fue más que claro, pero en los que no puedieron sentenciar el choque y se quedaron a las puertas de victorias importantes que, sin lugar a dudas, serían clave en este punto de la temporada. 

La desconexión y fallos de los defensores

Los fantasmas en la zaga defensiva no han desaparecido, todo lo contrario. Este jueves ante el Granada los goles de Darwin Machís y Jorge Molina llegaron tras errores clamorosos de Óscar Mingueza y Gerard Piqué respectivamente, dejando a plena vista que los problemas en la zona baja del campo, incluso con el 3-5-2, no se han acabado. 

Puede ser falta de conexión, desconcentración, erorres de juveniles... Una historia a la que Ronald Koeman no ha podido ponerle punto final y que tendrá que abordar de inmediato para evitar que vuelvan a 'pinchar' en alguna de las últimas cinco finales de LaLiga, en las que el Barça se juega el doblete.