El FC Barcelona ha tenido un comienzo de campaña muy irregular e inesperado. Los culés ocupan la novena posición en LaLiga Santander y completaron el peor arranque en la competición doméstica en 33 años. En la Champions League, por su parte, mostraron un gran nivel en los primeros cinco partidos, pero ante la Juventus la historia fue muy distinta y terminaron cediendo la primera plaza del grupo, lo que los deja en una situación muy complicada de cara al sorteo de los octavos.
A día de hoy, son más las dudas que genera el planteamiento de Ronald Koeman que lo que respalda al técnico holandés, pero no es el único. Algunos jugadores, como Leo Messi, han bajado su nivel y ya preocupa a todo el barcelonismo. En teoría, esta era una temporada llena de cambios, después de la vergonzosa derrota ante el Bayern Múnich en Lisboa, y por ello se cambió de entrenador y se fichó a varios jugadores para cambiar el rumbo del equipo.
Con la fase de grupos de la Champions League finalizada y con LaLiga en sus últimas jornadas del año, es necesario analizar el papel que han tenido los dos fichajes del Barça en verano, Miralem Pjanic y Sergiño Dest, y las incorporaciones que el equipo cerró en enero, Pedri, Trincao y Matheus Fernandes, aunque el último sólo ha jugado un partido.
Pedri, determinante y clave para el Barça
Pedri González ha sido tal vez una de las mejores apuestas del Barcelona en los últimos años. Los culés concretaron su traspaso durante el mes de enero y desde su debut no ha hecho más que impresionar a to el barcelonismo. Con 18 años, se ha convertido en uno de los jugadores 'fijos' de Ronald Koeman y en un jugador clave para el equipo. Ha jugado 15 partidos y marcado dos goles hasta la fecha y ha sabido responder -y superar- todas las exigencias que conlleva vestir la camiseta del Barcelona.
El ex de Las Palmas ha mostrado lo mejor que sabe hacer: juego asociativo con gran ritmo y control espectacular del balón, que no ha pasado por alto para Koeman. Además, participa constantemente en la labor defensiva. Frente al Osasuna, cuando acompañó a Frenkie de Jong en el doble pivote, rindió y mostró su calidad.
Dest, el lateral derecho del futuro
Fue curioso que en la primera vez que Sergiño Dest jugó con el Barcelona lo hizo por el carril izquierdo, aunque naturalmente se desempeña por el derecho. Ha mostrado su polivalencia al ser capaz de cumplir por las dos bandas y ser clave para el juego defensivo y ofensivo del equipo. Con la lesión de Sergi Roberto, ha visto una oportunidad de oro para ser titular indiscutible y no la ha desaprovechado.
Dest es potente, rápido y da al Barça una amplitud muy necesaria. Hasta ahora, las sensaciones que ha dejado son más que positivas y hay muchas probabilidades que su gran nivel lo convierta en el nuevo Dani Alves, como él espera. Ha jugado 12 encuentros y frente al Ferencvaros se estrenó como goleador del equipo.
De Trincao se esperaba más...
Trincao aterrizó en Barcelona como uno de las jóvenes promesas del fútbol portugués, pero en el Barça ha ido de más a menos y su presencia en el campo no ha llegado a ser determinante. Es cierto que no ha tenido muchas oportunidades de ser titular, porque Koeman lo ve como un revulsivo, al igual que su entrenador en la selección de Portugal, Fernando Santos.
Ha jugado 15 encuentros, pero nunca ha sido titular en LaLiga. En la Champions, por las rotaciones, sí ha tenido la oportunidad, pero siempre se ha quedado sin ser determinante. Tiene mucha calidad, pero no termina de encajar en el equipo. Aún no ha marcado ni ha dado asistencias y, peor aún, ha perdido eficacia en el regate, cuando era una de sus mejores habilidades.
Pjanic aún no despega
El centrocampista bosnio dijo en una entrevista a 'La Gazzetta dello Sport' que no entiende porqué se encuentra en una situación tan complicada en el Barça, donde no termina de superar a Frenkie de Jong y a Busquets para el doble pivote. Pjanic ha jugado todos los partidos de Champions y, frente a su ex equipo, la Juventus, en el partido de ida fue uno de los jugadores más importantes para la victoria del Barcelona en Turín.
Su talento es indiscutible, pero la competencia que tiene lo ha llevado a tener que ver la mayoría de los partidos desde el banquillo. En el comienzo de campaña, le había perjudicado su estado físico, que no estaba al 100%, pero se ha quedado sin tener un papel suficientemente bueno que logre convencer a Koeman de sentar a Busquets o De Jong.