Pedri, fundido... ¡Y aparece Riqui Puig como el revulsivo ideal!

Del partido del FC Barcelona ante el Celta de Vigo, que terminó con un ridículo para los azulgrana en su campo con derrota (1-2), quedaron señalados todos los jugadores y, sobre todo, el entrenador. El Barça no ha conseguido despegar en el tramo final de la temporada y dejó pasar el tren de LaLiga por errores propios. A falta de una jornada, los culés están en una situación preocupante y con las peores sensaciones posibles. 

Además de la falta de concentración, los despites en defensa y al eterna pesadilla con la puntería, el Barça también está siendo víctima del cansancio y agotamiento de los jugadores, algo totalmente entendible después de la gran carga de partidos a la que se han enfrentado en esta campaña con poco margen de descanso. No es una excusa, obviamente, porque el Real Madrid y Atlético están en las mismas situaciones y han sabido cómo salir a flote y, más importante aún, gestionar sus recursos. 

Esto lleva al caso de Pedri González, el jugador revelación del conjunto azulgrana en este curso. El tinerfeño es una de las piezas más importantes en el planteamiento de Ronald Koeman y su capacidad de anticipación y lectura de juego le han convertido en uno de los jugadores más destacados de la plantilla, por delante de algunos 'pesos pesados' del vestuario.

Pedri lo ha jugado prácticamente todo. Suma 46 partidos entre todas las competiciones, resaltando sus 37 enfrentamientos disputados en LaLiga. Como era de esperarse, el ritmo de partidos que ha manejado ha pasado factura y en el último tramo del campeonato ha bajado su nivel considerablemente (a pesar de que anotó ante el Levante) y ha demostrado estar cansado, fundido, al límte o como se le quiera llamar y que, definitivamente, ya no da para más.

La sorpresa de Riqui Puig

Ante el Celta, el canterano saltó al campo tras el medio tiempo para sustituir a Pedri y fue uno de los jugadores más incisivos en el terreno, generando peligro y, muy importante, dinamizando el juego de los azulgrana y dándole los pulmones extras que necesitaba el Barça. Demostró, una vez más, que no está dispuesto a tirar la toalla y que luchará para convertirse en un jugador importante la próxima temporada.

Cabe recordar que Riqui sólo había jugado 21 minutos en los dos últimos meses, repartidos en cinco partidos, pero el nivel que demostró ante el conjunto celeste es para analizar. Buscó siempre romper líneas y dejar ver que, con confianza por parte del entrenador, puede ser muy relevante para este Barça que necesita, urgentemente, un cambio de aires y revolución.