Desde la consolidación del fichaje de Ronaldinho por el FC Barcelona en el verano de 2003 procedente del Paris Saint-Germain, a la postre nadie hubiera imaginado que el conjunto parisino se convertiría en el enemigo público del equipo azulgrana, por su puesto con el permiso de la rivalidad histórica que mantiene con el Real Madrid. Fue en 2011 cuando, el fondo privado Qatar Sports Investments adquirió el 70% de las acciones del PSG, y desde entonces el rumbo del cuadro galo despegó con rumbo a la hipotética consolidación de la UEFA Champions League, la primera de su historia.
Con la inversión catarí en mano, el equipo ya dirigido por Nasser Al-Khelaifi, logró que la Ligue 1 se convirtiera en un campeonato que en cada año ya lleva nombre y apellido. Rezagados quedaron equipos históricos como el Olympique de Lyon o el Olympique de Marsella, pues perdieron toda posibilidad de luchar por cualquier título francés. Desde 2011, el PSG ha cosechado siete de las nueve ligas que tiene en su palmarés, además de cinco Copas de Francia, seis Copas de la Liga y ocho Supercopas de Francia.
El objetivo principal del PSG
El capital de Qatar en el club parisino ha tenido un claro objetivo desde el inicio: conquistar la Champions League. Fue hasta la pasada campaña cuando por fin pudieron acariciar la anhelada gesta, donde cayeron en la máxima instancia ante el Bayern Múnich por la mínima (1-0). Aunque, el tiempo determinará si haber alcanzado semejante proeza quedará solo en recuerdos. Entretanto, si deasean conquistar Europa, deberán superar al Barça en los octavos de final de la competición, la cual significaría el 10° duelo entre ambos clubes en 9 temporadas disputadas, 5 de los cuales han finalizado con un resultado favorable para los culés, 3 para los galos y 3 empates.
La impenetrable barrera parisina
Nuevamente, el PSG es uno de los equipos que acostumbra protagonizar las quinielas de cara a coronarse como máximo regente del certamen con mayor prestigio a nivel de clubes en el mundo, y por si no fuera poco, con el dinero como castigo debido a que, por no tener la necesidad de vender a ninguno de sus jugadores, siempre son perturbados por la sombra del Fair Play financiero. El Barça en múltiples ocasiones ha llamado a la puerta del conjunto parisino con el fin de hacerse con los servicios de alguno de sus jugadores y siempre ha recibido la misma respuesta: no.
El primer conflicto entre ambos data del verano de 2013 cuando el Barcelona buscaba reforzar su eje defensivo y el nombre de Thiago Silva estaba en el foco del panorama azulgrana. El club llegó a un acuerdo directo con el futbolista brasileño, pero el PSG se negó rotundamente a deshacerse de uno de sus pilares, en aquella temporada y en las posteriores que intentó ficharlo el Barça.
La mira de los culés apuntaron a otro central brasileño. Marquinhos fue el siguiente candidato que se propuso la dirección deportiva de Can Barça para reforzar la línea defensiva. El jugador estaba considerado entonces como uno de los centrales con mayor proyección en 2016, e incluso le dio el ‘si’ al club azulgrana, pero nuevamente, el PSG le cerró las puertas.
La extensión del desacuerdo
Fue en el verano de 2017 cuando el Barça volvió a remover las aguas parisinas para reforzar la medular. En esa oportunidad fue Marco Verratti el elegido, y para el momento se decía que era el claro sucesor de Xavi Hernández. El de Terrassa afirmó públicamente su interés en la incorporación del italiano: “creo que se me parece y técnicamente es increíble, es un jugador que me gustaría ver en el Barcelona”, dijo el ex capitán culé.
El mediocampista italiano mostró también su interés en la prensa y a través de sus redes sociales, pero entonces el Barça no logró hacerse con sus servicios. En ese mismo verano, Nasser Al-Khelaifi abonó la cláusula de Neymar Jr, cifrada en 222 millones de euros, por lo que el astro brasileño puso rumbo a la capital francesa para convertirse en el baluarte del equipo. De inmediato, el delantero se arrepintió de su decisión y desde entonces su nombre no ha dejado de sonar en el entorno catalán desde hace varios veranos. Sin embargo, la misma se ha visto retrasada, y anulada, por la actual situación por la que atraviesa el club, la cual se ha agravado con la pandemia por Covid-19, lo que hace prácticamente imposible que Neymar pueda volver a portar la elástica azulgrana de momento.
Luego del fichaje frustrado de Verratti, el Barça no dejó de insistir e intentó hacerse con los servicios de Adrien Rabiot, quien finalizaba contrato en el mercado de verano de 2019. Las relaciones entre el Barcelona y PSG estaban ya tan resquebrajadas que los parisinos preferían ‘regalarlo’ por 10 millones en invierno antes de que llegase gratis en verano a Can Barça. Finalmente, los azulgranas se terminaron por decantar por la ficha de Frenkie De Jong para reforzar la medular del equipo.