Se cumple un año de la llegada de Koeman al Barcelona como director técnico. Bartomeu dio la bienvenida al culé como nuevo estratega tras la ruina deportiva que se vivía con las remontadas de Liverpool y Roma, además de la goleada escandalosa del Bayern, sin dejar por fuera el inicio de la debacle económica actual.

Su pasado en Valencia y Everton no dejaban en alto el listón del holandés y muy al contrario, comenzaron a ventilar las deudas y dificultades de dinero en el club, que apostaba por un técnico con pocos éxitos y un presente medianamente estable en su selección, pero pésimo pasado más allá del buen jugador que fue.

Con la primera Champions culé en el recuerdo de todos desembarcó en Barcelona para tomar las riendas del club con las peticiones de Wijnaldum y Depay. El primero está en el PSG por dinero, el segundo fichó hace semanas como azulgrana en busca de espacio y revancha en la élite, con un buen comienzo.

Un año después, Koeman puede decir que le devolvió la ilusión a Messi, la sonrisa y las ganas, viéndolo levantar el título de Copa del Rey con más energía que nunca, recordando aquellos años de Triplete y Sextete en los que el aficionado veía al argentino en el Camp Nou con aquella “¿querían las tres? ¡Aquí están las tres!”.

Se fue Messi y con él parte importante del pasado reciente del Barcelona, además de la llegada de un nuevo comienzo forzado que el club no contemplaba en el futuro inmediato y que tiene que enfrentar en medio de una de las peores realidades que ha vivido, por no decir la peor en toda su historia.

Laporta confirmó a Koeman en medio de dudas, las que llevaron al regreso de Jordi Cruyff al club en un puesto que no termina de quedar claro, no por el nombre, sino por las capacidades que tendrá dentro de la institución. Es tácito que ante cualquier duda, será el apagador de los incendios que puedan aparecer.

Un año de Koeman que parece mucho más por las tantas caras que ha presentado el club, con un aguerrido equipo en Copa, la doble cara presentada ante el PSG, unas elecciones en medio de la temporada y esa plantilla que estuvo a punto de firmar el campeonato de Liga pero se cayó en la recta final.

Más fuerte

Sin duda que las circunstancias han fortalecido tanto a Koeman como al club, que en medio de tantas dificultades el aprendizaje es enorme y esta temporada, que ya comenzó bien, el holandés tendrá una plantilla más profunda que le permita competir al menos con más variantes, aunque sin Messi.