La crisis económica en la que está sumida la escuadra catalana es uno de los temas más álgidos de las elecciones para escoger al próximo presidente, y no es poca cosa la situación. Recientemente, se tuvo conocimiento que la deuda total del Barcelona es de 1.173 millones de euros, entre los que se incluyen 322 millones por concepto de fichajes y traspasos pendientes con otros clubes,
Las alarmas están encendidas al no verse superada la pandemia, la cual ha mantenido las instalaciones cerradas y hará que el club tenga pérdidas por 520 millones desde marzo de 2020 a junio de 2021.
Joan Laporta
En el equipo de Laporta, se encuentra el ex director general de la Fundació laCaixa, Jaumé Giró, a quien se le ve como hombre fuerte en el área económica para mejorar la situación del club. En su plan, primero, proponen realizar una auditoría a fondo de las arcas, también esperan una evolución favorable de la pandemia para ir recuperando el 65% de los ingresos perdidos antes de la llegada del covid.
“No venimos a desmontarlo todo sino a mejorar lo que funciona e introducir nuevas ideas”, dice Laporta, que prevé un margen de beneficio del 6-7% en el presupuesto y un plan para contener el gasto de gestión operativa por debajo de 270 millones hasta la 2022-23, pero con la novedad de la emisión de bonos para aligerar tensiones con la tesorería y garantizar liquidez, los cuales serán de dos tipos: Uno para los fans del club y otro dirigido a inversores.
Su propuesta también acepta la financiación de Goldman Sachs, pero ve la misma mejorable, ya que la ve clave para ser el epicentro de la oferta de entretenimiento de equipo culé. Laporta también propone multiplicar la presencia global del club en los cinco continentes construyendo más complejos de “Barça Experience” de las que hasta la fecha ya existen 55. A través del Barça Digital Hub, potenciar el Barça Innovation Hub y la plataforma de contenidos Barça Studios impulsando además los eSports con una eMasia para formar a los deportistas.
Laporta, también considera buscar formas de incrementar el número de patrocinadores oficiales del club, asegura poder aumentar el número de 29 a 49 los sponsors actuales y en 35 las categorías aún por cubrir, entre ellos una aerolínea. Además, reconoce que la Superliga puede ser beneficiosa económicamente para el Barcelona, pero, al mismo tiempo ha dudado de su viabilidad a largo plazo.
Víctor Font
Font propone generar ingresos suficientes para garantizar que el Barcelona pueda seguir compitiendo por los principales torneos, tanto de España como de Europa. “En primera lugar, un plan de choque para los primeros cien días de mandato. Tocará refinanciar con los bancos la deuda a corto plazo y tomar medidas impopulares, como la reestructuración de la masa salarial”, ha declarado el precandidato
Además, Font propone un “plan económico a medio plazo, que pasa por buscar nuevas fuentes de ingreso y por monetizar a los 400 millones de fans que tiene el Barça en el mundo. Hay que ser innovadores para generar nuevas fuentes de ingreso, racionalizar el gasto y acabar con el dispendio económico y lograr que haya excedentes de caja para hacer frente a la deuda, poder fichar y reforzar la estructura económica”. El precandidato, asegura también incorporar a su equipo a un CEO y ha juntado a jóvenes talentos del mundo digital, tecnológico y audiovisual para lograr dichos proyectos.
El plan del precandidato espera permitir que el club llegue a facturar 1.400 millones de euros al año, eso sí, tratando de evitar que el club se convierta en una Sociedad Anónima (S.A.). “Así no hay riesgo de ser una S.A. y se podría seguir compitiendo con los mejores”.
Font ha dicho que apoya la construcción del nuevo Camp Nou y el nuevo Palau “son una necesidad urgente”, pero quiere revisar con detalle el proyecto del Espai Barça y el acuerdo con Goldman Sachs para saber si es viable y no pone en peligro el modelo actual del club. El precandidato asegura que el nuevo Camp Nou puede estar listo en 2025.
Toni Freixa
Freixa, por su parte, considera que puede lograr una salida a la crisis estabilizando la masa salarial, ajustándola a los ingresos que reciba el club, además de renegociar la deuda y rechazando las capitalizaciones a base de bonos o por la vía del Barça Corporate. El precandidato considera que los bonos son imposibles de devolver y el Corporate es permitir que una Sociedad Anónima se haga cargo de parte de activos y áreas del negocio del club, por lo que propone pedir un crédito por 60 millones para poder tener cierto margen de maniobra.
Sin embargo, ha pronosticado que cuando se pueda abrir el estadio y vuelva el turismo el Barça recuperará los niveles de ingreso por encima de los 900 millones. En la gestión deportiva apuesta por renovaciones ajustadas a la edad y calidad de los jugadores, y no a su palmarés o carisma. Para el candidato, fue un craso error de la anterior junta directiva “obsesionarse por facturar hasta 1.000 millones sin margen de beneficio”.
Inversiones y la Superliga
Ahora, Freixa también cree que se debe aplicar un plan de choque que implique una drástica reducción de gastos y la renegociación de la deuda corto plazo. Para él, todas las áreas de negocio han de ganar dinero y deben suprimirse las que no sean productivas. Insiste en invertir en las secciones, pero racionalizando el gasto de acuerdo a las posibilidades del club.
Freixa quiere aportar ingresos comprometidos con el respeto y la salvaguarda de la historia y la estructura del club. Prevé unas ganancias extra en taquillaje de 70 millones. El candidato considera que es indispensable iniciar con el Espai Barça como una gran área de explotación. Para generar ingresos, Freixa huye de los bonos y venta de activos. Tampoco ve clara la Superliga, de la que no conoce la letra pequeña, y apuesta por una reestructuración del negocio digital.