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Messi en el Clásico contra el Real Madrid

NO TODO FUE NEGATIVO

Lo que puede rescatar el Barcelona del último Clásico

Publicación:11/04/2021 - 20:03h

Actualización:11/04/2021 - 20:03h

Aunque el Barcelona sufrió una derrota ante el Real Madrid, lo que arrojó dicho partido no es del todo negativo, particularmente en lo que a la proyección de los jóvenes se refiere

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Muchos factores pueden decidir un partido en particular. En el caso del Clásico que los culés y los merengues disputaron este sábado el Barça tuvo una mayor posesión del balón, pero ganó el Madrid por haber sido más contundente en cada jugada que logró realizar.

La derrota duele porque terminó con disparo de Ilaix en el último instante que pudo ser el gol del empate pero que terminó desviado por un palo. Es cierto que este es un desenlace cruel, pero que arroja un mensaje optimista en clave de futuro de los azulgranas. En este Barça de transición tiene un buen futuro por delante, el primer y único tanto lo marcó Mingueza y encontró en Ilaix un compañero feroz en el cesped. El joven demostró ser alguien de la casa, capaz de conectar con el barcelonismo, que a pesar de cualquier revés que sufra, sigue con vida y mejorando.

No hay duda que la derrota es un golpe a las aspiraciones del Barça para ganar LaLiga esta temporada, que vio como el Madrid se iba a dormir siendo el líder, a la espera de ver lo que ocurre hoy con el Atlético. Sin embargo, esto es la confirmación de que a este equipo le falta un punto para ganar los partidos grandes, pueden ser detalles pequeños, pero que, ante equipos del calibre del Madrid, pueden hacer la diferencia entre la victoria y la derrota

El resultado en cuestión también arroja algo de incertidumbre sobre el 3-5-2 que se había vuelto recurrente para Koeman. Curiosamente, el Barça comenzó a dar más batalla con un sistema que le había dado más fiabilidad defensiva y creció en la segunda parte luego de que Koeman cambiara a 4-3-3.

El balón es del Barça

Lo visto la primera mitad del partido confirmó los pronósticos: con De Jong en el centro, el Barça tenía el balón y atacaba, pero contratacaban los blancos, juntaban líneas y exigía al Barça una precisión en los últimos metros a la que ni Messi ni Dembélé llegaron a cubrir.

Los liderados por Zidane, entonces, aprovecharon los errores que han condenado a los de Koeman en los grandes partidos de esta temporada: La falta de contundencia en las dos áreas, los errores individuales en defensa y la poca efectividad arriba. No puede pasarse por alto que el Barça también tuvo ocasiones para lograr un resultado distinto en el segundo tiempo.

Atrás, Araujo y Mingueza vivieron un baño de realidad con Benzema y Vinicius en los primeros 45 minutos. Al mismo tiempo, Dembélé se diluyó arriba con una actuación tétrica. Se encontraba en el peor escenario posible, recibiendo balones a su espalda y sin espacio para maniobrar.

¿Y Messi?

El Barça tampoco llegó a disponer de la mejor versión de Messi en los momentos más delicados del partido. Al rosarino la lluvia lo dejó tiritando de frío, hasta pedir el cambio de camiseta. Una imagen inédita del argentino, de esas que se recuerdan con el paso de los años.  Una más de un partido grande jugado en pequeño formato. Sin público y sin el vértigo del Bernabéu. “El que esté mejor mentalmente tendrá más opciones de ganar el partido”, apuntó Koeman en días recientes. 

El arbitraje

Los Clásicos no están exentos de polémica y éste no fue la excepción, Tampoco faltó la controversia con algunas acciones discutibles que colmaron la paciencia de Koeman. El holandés denunció un posible penalti a Braithwaite y lo hizo con un tono desconocido para él con la voz alzada e indignado.

Al holandés no le gusta perder y se mostró muy categórico con la influencia del árbitro en el resultado. “Es penalti. Es clarísimo. Y no hay VAR. No sé por qué hay VAR en España. Una vez más tenemos que aceptarlo y callarlo”, afirmó ante la prensa una vez terminado el partido. Además, no fue el único. Pique, quien no tuvo minutos, lo acompañó en sus reglamos. Nadie duda que LaLiga se pone más difícil para los colchoneros, los merengues y los culés, pero con la rebeldía de jóvenes como Ilaix y Mingueza el Barça mira el futuro con otra cara.