El futuro de Ansu Fati es incierto. A su llegada a la ciudad condal, Flick tenía claro que quería brindarle una nueva oportunidad, incluso tras la poco productiva cesión en Brighton. No obstante, su rendimiento no está siendo el esperado y las lesiones no le permiten tener continuidad.

El rendimiento de Ansu Fati no está a la altura de las expectativas

Tras conocerse la noticia de que el heredero del '10' del Barça tendría una última oportunidad, defensores y detractores salieron a la luz. No obstante, la gran mayoría de los aficionados culés estaban deseando que su luz no esté apagada. La expectativa, quizás nostálgica y poco realista, de que se convirtiera en el ave fénix ilusionó a muchos.

Sin embargo, tras tres meses de competición oficial, el baño de realidad ha sido masivo. El delantero español acumula un total de 158 minutos en 7 partidos, de 12 que ha estado disponible, y su rendimiento no ha estado a la altura. Se le nota falto de desborde, de creatividad y de imaginación, algo que se puede achacar a una falta de confianza mental. Sin embargo, físicamente ya no es ese futbolista rápido que era en sus inicios, lo que diluye sus posibilidades de ser el extremo del FC Barcelona. Tampoco ayudan los 5 encuentros que se ha perdido por una fascitis plantar o los 6 que, a priori, se perderá tras su lesión en el femoral de su pierna derecha.

Asimismo, la competencia no le está dejando en buen lugar. Ansu puede jugar en la banda izquierda, la posición en la que deslumbró al mundo, o en punta. Pese a esto, es el atacante con menos minutos y el que tiene una menor proporción de juego respecto a los partidos en los que ha estado disponible. El excelso rendimiento de los titulares es difícilmente alcanzable, pero es que Fati no ha conseguido ni acercarse al desempeño de los suplentes.

El mercado de enero puede ser una solución

La continuidad de Fati en Can Barça no solo es un acto de fe deportivo, sino también económico. El futbolista español tiene una de las fichas más altas de la plantilla culé, pues percibe alrededor de 6 millones de euros netos por temporada. En la difícil situación financiera en la que vive el club, realizar esta firme apuesta es equiparable a hacer un fichaje de cierto renombre. 

En estos contextos, tanto el deportivo del jugador como el económico del Barça, el mercado invernal aparece como una solución. Una salida puede aliviar a ambas partes. El formato, ya sea a préstamo o transferido, depende de la confianza que tengan la directiva y Ansu en la unión de sus caminos.