Ante la creciente duda sobre que Koeman le dará a Gerard Piqué para la final de la Copa del Rey del sábado contra el Athletic, se le sumará la del planteamiento táctico que el holandés establecerá para medirse a los de Marcelino García Toral: Si optará por un 4-2-3-1 o el 4-3-3.
El míster de los azulgranas empezó la temporada con un 4-2-3-1 como el mejor sistema para la plantilla y que afirmaba que no cambiaría. Sin embargo, en ese entonces tenía a su disposición un abanico de futbolistas atacantes, pero las lesiones de Ansu Fati y Coutinho le llevaron a ir a un 4-3-3 a mediados de diciembre contra el Levante para sacar mayor provecho de Frenkie De Jong como todocampista junto a Pedri.
Salvo algunas excepciones, este sistema se mantuvo hasta que empezó a hacer uso del 3-5-2 que le resultó muy bien en el duelo contra el Valladolid (0-3), aunque no tanto contra el Eibar en casa (1-1). La línea de tres centrales quedó aparcada hasta que, tras el 1-4 encajado ante el PSG, dio un golpe de timón en un duelo clave en el Pizjuán en LaLiga.
El 0-2 le dio alas para repetirlo en la Copa del Rey para remontar y acceder a la final de dicha competición y alcanzó su máxima expresión futbolística en el duelo de vuelta en París correspondiente a la Champions. Pese al 1-1, el Barça de Koeman bordó el fútbol en el primer tiempo con un recital de fútbol, presión alta y generación de ocasiones. Antes del parón liguero, el 1-6 contra la Real Sociedad disparó la euforia a raíz de las exhibiciones de Dest y Jordi Alba en las bandas.
Sin embargo, la vuelta del ‘virus FIFA’ diezmó el rendimiento con los tres atrás, los laterales largos y Koeman cambió en el descanso volviendo al 4-3-3 tanto ante el Valladolid como en el Clásico. Producto de la falta de energía para apretar al rival con el balón circulando a gran velocidad, el plan A del último mes y medio experimentó otro cambio.
En ella se incluyen los tres partidos de esta temporada ante el combinado de “Los Leones” con dos victorias en Liga (2-3 en Bilbao y 2-1 en el Camp Nou) y la derrota en la Supercopa durante la prórroga (2-3). Siempre con 4-3-3, con Araujo detrás, De Jong en el interior dos veces y Dembélé-Messi-Griezmann al frente.
Los precedentes importan
El Barça brilló en Bilbao con un gran Pedri y Griezmann que fueron los mejores socios de Messi, bajó su nivel en La Cartuja con un Messi decaído, pero con Griezmann bigoleador y acabó ganando apretando en el Estadio con gol del “Principito” y Sergi Roberto reapareciendo como interior derecho delante de Mingueza. Koeman es alguien que no olvida los precedentes, por lo que tiene todo un abanico de opciones para el inminente partido.