El ridículo de Bartomeu: "Tenemos triplete, tenemos tridente"

Resulta realmente irónico que el eslogan que Bartomeu usó para llevarse las elecciones sea este: "Tenemos triplete, tenemos tridente". Si es cierto que el equipo venía de ganar los tres títulos, con un despliegue ofensivo vertiginoso propiciado por los tres de arriba: Lionel Messi, Luis Suárez y Neymar Jr.

Eran tiempos felices en Can Barça, pero ese eslogan demostraba, una vez más, como el presidente hacía de menos al resto del equipo. Daba la sensación de que solo los tres delanteros ganaron esos tres trofeos. Eran las niñas de los ojos de Josep María Bartomeu. El único motivo, junto a los títulos, que lo mantenía en la presidencia.

Pero poco le duró el eslogan al bueno de Bartomeu. Dos años después, en el 2017, llegó la fuga de Neymar. Parece ser, que el hecho de que no le reconocieran la importancia de su papel protagonista en la remontada ante el PSG, hizo que el jugador brasileño pagara los 222 millones de euros de su cláusula de rescisión para irse a París.

En el intento de recuperar su deseado tridente, la directiva de Bartomeu intentó traer a un extremo izquierdo que tapara el hueco que dejó Neymar. Grave error. Para hacerlo, en su peor decisión como presidente, decidió gastar el dinero ingresado por la salida del brasileño, en traer a Dembélé y Coutinho.

Para acabar de completar una legislatura para el recuerdo, Koeman, el nuevo entrenador decide prescindir de Luis Suárez y Leo Messi advierte al club que quiere irse libre rescindiendo de su contrato. Fin de ciclo, ya no hay triplete del que presumir. El único motivo que lo sentó en el palco blaugrana ahora no existe.

Su eslogan del 2015 le ha caído en la cabeza

Recordemos el eslogan otra vez: "Tenemos triplete, tenemos tridente". Parece que los culés se van a quedar sin ningún integrante del tridente y sin ganar ni un solo título esta temporada. A veces el destino reserva estos finales realmente amargos para las mejores historias. Hay mil formas de llamar a lo que le ha sucedido a Bartomeu: mala gestión, mala suerte o simplemente justicia poética.