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Jugadores del Madrid y del Barça en un balón parado

JUGADA POLÉMICA

Sergio Ramos realizó hasta tres faltas en la jugada del penalti

Publicación:25/10/2020 - 23:12h

Actualización:26/10/2020 - 11:29h

Ya han pasado más de 24 horas del Clásico y una jugada sigue siendo analizada una y otra vez. Sergio Ramos hizo falta en tres ocasiones en la jugada del agarrón de Lenglet

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Pasadas más de 24 horas tras el Clásico, la jugada de la polémica del encuentro sigue apareciendo en todos los periódicos y cada vez parece más desacertada por parte de Martínez Munuera, el colegiado del partido. En una disputa para conseguir rematar un balón, tras un saque de libre directo, el trencilla pitaría penalti a favor del Real Madrid, a instancias del VAR.

El agarrón de camiseta de Clement Lenglet a Sergio Ramos es indudable, pero las faltas previas del central merengue, en la misma jugada, también lo son. El capitán del equipo blanco, en un primer momento agarró y empujó al jugador francés del Barça, le soltó una patada y cuando el balón se acercó a su posición, instantes antes del agarrón de camiseta, también se lo quitó de encima con otro empujón.

El fútbol es un deporte de contacto, y de hecho, todos los agarrones y empujones que se regalaron ambos jugadores no deberían haberse castigado de ninguna forma. Lo que no puede ser, es que solo los contactos del defensor francés del equipo barcelonista se consideren como falta y los otros no. Esa solución no es imparcial y demuestra una falta de coherencia.

Además, cuando se produce la disputa, el balón se encuentra a medio metro por encima de las cabezas de los dos protagonistas, inalcanzable para ninguno de ellos, cosa que evidencia que, el jugador de Camas, fingió su caída al ver que no podía disputar el cuero. Por no hablar de que la agarrada no fue suficientemente fuerte para derribarlo así, en sentido contrario al agarrón, de una forma que cuestiona las leyes de la física.

Sergio, hay niños mirando...

Después de pasarse la gran mayoría de años de su carrera enfrentándose y recriminando los piscinazos en LaLiga Santander, el eterno capitán madridista ha creído oportuno convertirse en lo que juró destruir. Esa es su decisión, lo que no se puede permitir es que un árbitro premie este tipo de actitudes, de la forma que lo hizo Martínez Munuera.

Los futbolistas deberían recordar en todo momento que son iconos para las nuevas generaciones, y que si Sergio Ramos decide lanzarse al suelo, en una punga por la posición en un saque de libre directo, todos los niños empezaran ha hacer lo mismo en sus partidos, emulando a su ídolo, y destrozando cada vez más el noble deporte del fútbol.