Este sábado a las 18:00 horas el FC Barcelona enfrentará al Eibar en el Estadio Municipal de Ipurúa por la última jornada de LaLiga Santander, una competición en la cual el cuadro dirigido por el míster neerlandés y entrenador de los catalanes, Ronald Koeman, ya no tiene ninguna opción de titularse. Sin embargo, una derrota de los culés, sumada a una victoria del Sevilla FC, dejaría al Barça en la cuarta posición de la tabla de clasificación. Esa hipotética situación tendría consecuencias más allá de las deportivas.
El quedar fuera de las tres primeras posiciones significaría un importante golpe económico para el club blaugrana, que como se sabe, no la está pasando nada bien en relación con sus finanzas. En concreto, 6,5 millones de euros, que es la diferencia aproximada de ingresos entre quedar tercero o cuarto en LaLiga. El Barça lleva desde 2003 acabando en el podio del campeonato, pero luego de la derrota ante el Celta de Vigo (1-2) en el Camp Nou, ha visto como los de Julen Lopetegui son los que sueñan terminar en la tercera casilla de la tabla.
Si los andaluces en definitiva superan a los culés, ese ingreso extra no se repartiría durante las próximas cuatro temporadas. Es decir, de esos 6,5 millones, el Barça perdería el 35% este año, el 20% el año que viene y los dos años siguientes el 15% cada uno. Se trata de un oxígeno que por nada de este mundo se pueden dejar arrebatar y menos ante un conjunto ya descendido.
El gran ausente para ese compromiso será el astro argentino Leo Messi, quien ni se entrenó con el equipo en las últimas horas. Aparte de la 'pulga', el juvenil Pedri tampoco estará en Eibar - con permiso - ni Ter Stegen, quien recientemente fue operado. Todos faltaron al entrenamiento que se ha realizado en el campo Tito Vilanova de la Ciudad Deportiva Joan Gamper.
Sin Messi y terminar bien
Messi ha disputado esta temporada 46 partidos con la camiseta del Barça, en los que ha marcado 38 goles y tiene más que asegurado el Premio 'Pichichi' de este curso tras facturar 30 goles por LaLiga Santander. Sin su principal estrella, Koeman solo piensa en romper la mala racha de tres partidos sin ganar y luego ver qué sucederá con él mismo, ya que su continuidad no está asegurada.