Se dice que mejor hacer las cosas tarde que no hacerlas nunca, y en el caso del fútbol no podría ser más cierta esta frase, ya que el deporte no para y cada año vuelven a estar todos los títulos en juego. Este debe ser el pensamiento de todos los aficionados barcelonistas después de haber visto a su Barça pasearse en el Estadio de la Cerámica. Los azulgrana le dieron un auténtico baño al Villarreal y lograron desnudar durante 90 minutos a uno de los equipos más en forma de LaLiga.
Los catalanes completaron su mejor encuentro desde que regresó LaLiga y seguramente también el mejor de la era Quique Setién. Precisamente el cántabro fue clave para que los suyos jugaran tan bien y con tanta comodidad por el cambio de sistema que hizo. El técnico ya había ensayado varias veces con un 4-3-1-2 antes del parón, pero nunca con Leo Messi en la mediapunta y Luis Suárez y Antoine Griezmann arriba. El tridente por fin se entendió como el club esperaba cuando fichó al galo y brilló como nunca lo había hecho.
La figura de Griezmann fue quien más potenciada se vio con esta formación, ya que de segundo delantero sí pudo sacar todas sus virtudes a relucir, que no son precisamente pocas. Con Suárez escoltándole delante y Messi detrás, el de Macon jugó como en sus mejores tiempos en el Atlético de Madrid o en Francia. Estuvo cómodo y muy participativo, pero lo más importante es que por fin se sintió importante, algo clave para él. Su golazo antes del descanso para poner el 1-3 en el marcador fue buena muestra de la confianza con la que salió al antiguo Madrigal.
Por desgracia para el Barcelona, este buen momento de forma podría llegar muy tarde, ya que el Real Madrid tiene LaLiga en el bolsillo. Los blancos lideran el campeonato con cuatro puntos de ventaja después de los tres empates del Barça en las últimas cuatro jornadas y es muy complicada que dejen escapar el trofeo. El Barça intentará apurar sus opciones hasta el final y se espera que Setién siga desarrollando este 4-3-1-2 que tan bien funcionó en Villarreal. Crecer a partir del tridente debe ser el camino a seguir para competir por LaLiga, pero sobre todo para lo que llegará después.
El Barça debe seguir potenciando el 4-3-1-2 para la Champions
No hay que olvidar que dentro de un mes regresará la Champions League, el gran sueño de los culés desde hace años. Los catalanes no la ganan desde el 2015 y este curso tienen una oportunidad de oro gracias al nuevo formato de 'final a ocho'. Los barcelonistas podrían ser campeones ganando cuatro partidos seguidos y no hay que dejar pasar esta ocasión. Primero habrá que eliminar al Nápoles en la vuelta de octavos, y a partir de ahí, un choque de cuartos de final, otro de semifinales y después la gran final.
Setién debe tener la Liga de Campeones en cuenta en las cuatro jornadas que quedan de Liga. Si en Villarreal se jugó tan bien con ese 4-3-1-2 no debe seguir experimentando y lo suyo sería que continuara explorando las posibilidades que le da jugar así. Las opciones del Barça en la Champions pasan por mejorar defensivamente y por supuesto por su tridente en general y Griezmann en particular. Con Ter Stegen o Piqué no hay dudas atrás, igual que con Messi no las hay arriba, pero para poder ganar a los 'cocos' de Europa hará falta que Antoine se siga sintiendo cómodo e importante.
Leo estuvo demasiado solo en la debacle de Roma y todavía más solo en la de Anfield, algo que no puede suceder esta campaña. Se fichó al de Macon para estas grandes citas y Setién tiene que hacer todo lo que esté en su mano para que llegue bien a la Copa de Europa. Un sistema en el que tenga libertad, socios cerca con los que combinar y campo para correr y moverse es ideal para él. El 4-3-1-2 ofrece muchas de estas posibilidades y también le permite a Messi estar más en contacto con la pelota, algo que siempre es bueno. Solo falta seguir creciendo a partir de esta formación y continuar mejorando para poder darle un susto al Madrid en Liga y poder soñar con esta Champions.