El mes de febrero no ha empezado nada bien para el FC Barcelona, de la misma forma que no lo hizo el de enero. A las continuas polémicas extradeportivas se ha unido un nuevo fracaso deportivo, en este caso la eliminación en los cuartos de final de la Copa del Rey 2019-20 contra el Athletic de Bilbao, que hizo valer su eficacia en San Mamés para lograr el pase en el tiempo de descuento.
El gol de Iñaki Williams y la consecuente eliminación culé deja al Barça sin un título más esta campaña, después de que a principios de 2020 ya se cayera en semifinales de la Supercopa de España frente al Atlético de Madrid (2-3), en el loco partido que provocó la destitución de Ernesto Valverde. Esta eliminación copera no provocará ningún despido, aunque sí mucha reflexión.
Ha llegado la hora de que el FC Barcelona, sin tres partidos menos en el calendario, aproveche para rearmarse y dar el do de pecho en las dos competiciones más importantes de la temporada. Como dijo Gerard Piqué en zona mixta poco después de acabar el Athletic-Barça, todavía queda por disputar la parte más bonita de la campaña, la fase decisiva en LaLiga Santander y la Champions League.
Actualmente los culés se encuentran a tres puntos del Real Madrid en la clasificación doméstica, mientras que en Copa de Europa deberán superar a un resucitado Nápoles en la ronda de octavos de final. El hecho de que la eliminatoria sea a doble partido, con la vuelta en el Camp Nou, da más posibilidades de éxito a un Barça que sigue teniendo esperanzas de conquistar títulos este curso.
La plantilla del primer equipo se ha quedado corta, pero reúne el talento suficiente como para dar la sorpresa. Y decimos sorpresa porque, a día de hoy y viendo la dinámica de resultados de los últimos meses, no puede decirse que el FC Barcelona sea favorito ni en Liga ni en Champions League. Puede que la versión de 'tapado' le reste presión y le ayude a conseguir sus objetivos, paso a paso.
Toca ir partido a partido, victoria a victoria
En primer lugar habrá que sacar adelante el partido de este fin de semana ante el Real Betis en el Benito Villamarín, que será una olla a presión el domingo. Los verdiblancos saben que se enfrentan a un rival herido y sin una de sus grandes bazas: Gerard Piqué. Pese a todo, el Barça está obligado a dar la cara y luchar por los tres puntos para, como mínimo, no perder de vista a un Real Madrid al que tiene a tiro.
Y a partir de ahí, habrá que ir partido a partido. Las victorias, si se producen, darán pie a más triunfos por mera inercia y nivel de confianza. Cierto es que el Barça está mermado en la defensa y en la delantera, pero aun así tiene a varios de los mejores jugadores del mundo en sus filas. Si Quique Setién consigue motivarles y sacar a relucir su mejor rendimiento, el Barça todavía puede dar la campanada. Ahora, más que nunca, el barcelonismo debe estar unido.