Cuando Víctor Valdés abandonó el Barcelona hubo un temor más que entendible de qué pasaría con la portería. El de Hospitalet había estado durante muchos años a un nivel altísimo, demostrando que la confianza en el deporte es fundamental para triunfar. Valdés cometió fallos graves de joven,pero acabó siendo el mejor del mundo en algunos momentos.
Su salida traumatizó a algunos, sobre todo porque se fue por la puerta de atrás y casi sin decir adiós. Pero en su lugar llegaron Bravo y Ter Stegen. El chileno, un guardameta consolidado en la élite y con holgada experiencia para defender la portería del Barça. El alemán, con una proyección más que optimista.
Ter Stegen fue clave en su primer curso en el Camp Nou para que se ganara la Champions League -él fue el portero de la competición europea-. Y hasta la marcha de Bravo hace dos veranos apenas jugaba veinte partidos de media, algo insuficiente para él. En 2016, el City de Pep fichó a Bravo y Ter Stegen se adueñó de los palos azulgranas.
La presión iba a ser mayor, la exigencia, máxima para el alemán. Y parece que no está sufriendo demasiado ese aspecto, puesto que se está consolidando como uno de los guardametas más completos del mundo. El menos goleado de toda Europa, sin más, y con intervenciones que demuestran su habilidad para anticiparse y reaccionar.
Pudo dejar el Barça
Ter Stegen es ahora indiscutible, pero hubo un momento en el que estuvo cerca de dejar el Barcelona. El guardameta alemán lo ha confesado en una entrevista. "El club se posicionó y me indicó que no quería perderme. He recibido siempre mucho aprecio. Ahora tengo cinco años más de contrato. Estoy aquí para celebrar éxitos en el Barça. Pero nunca se sabe que puede pasar en un futuro",