Aunque la primera mitad entre FC Barcelona y Granada terminó como empezó, sin movimiento en el marcador, sobre el césped sí se pudo apreciar un cambio significativo en la manera de encarar cada una de las situaciones de presión nazarí. Los culés en ningún momento rifaron el balón, tiraron de paciencia para avanzar con la pelota y romper líneas cuando fue posible.

Muy pocos pases en largo se vieron en el combinado azulgrana, y durante los primeros minutos reinó una movilidad y velocidad en el juego que, aunque fue rebajando el ritmo a medida que se acercó el descanso, dejó clara la huella que pretende marcar Quique Setién en el FC Barcelona. Los blaugrana dominaron la posesión de balón con autoridad y, pese a las bajas de peso en la parcela ofensiva, dispusieron de oportunidades claras de gol.

Un disparo de Ansu Fati desviado por el portero, otro que se fue a las nubes, un tiro tímido de Arturo Vidal y otro de Leo Messi que fue repelido por la defensa constituyeron algunas de las ocasiones más claras para el Barça. También algún disparo de falta de Messi que se marchó ligeramente desviado por encima de los tres palos y múltiples acercamientos de Griezmann, Jordi Alba y Ansu Fati por las bandas que acabaron en centros estériles.

El electrónico no varió el 0-0 inicial durante los primeros 45 minutos, pero al menos el barcelonismo pudo comprobar, en el Camp Nou ante el Granada, cómo el Barcelona tiene la misión de recuperar poco a poco el 'ADN' que le ha permitido brillar a lo largo de los últimos 15 años, y conquistar títulos de relieve tanto a nivel nacional como internacional.

Quique Setién acaba de llegar y aún hay que ajustar muchas cosas, pero el FC Barcelona mostró una buena versión en el Camp Nou frente al Granada. Al menos, desapareció la sensación de debilidad en los aledaños de la portería de Ter Stegen, y el peso del juego fue llevado en todo momento por el conjunto culé. El Granada de Diego Martínez supo colocarse con criterio, muy ordenado, para poner las cosas difíciles en defensa y luego salir al contragolpe.

Messi apareció una y otra vez para romper líneas

También habría que destacar el papel de Leo Messi, muy participativo en el primer tramo del partido y, claramente, con ganas de empezar a hacer realidad los objetivos que ha marcado Quique Setién. Fluidez en las combinaciones, movilidad, presión tras pérdida, intercambio de posiciones, defensa muy adelantada, mimo de balón y una clara predisposición a atacar de forma constante. El Barça logró minimizar al Granada en el primer tiempo y, aunque los goles no llegaron, hay motivos para el optimismo.