Un triunfo trascendental: El Barça, poderoso de cara al futuro

Ronald Koeman decía hace no mucho que el fútbol, como la vida, se trata de afrontar y resolver problemas y altibajos. En ello se ha puesto en marcha el FC Barcelona desde su llegada al banquillo, contra todo y frente a todos, en una temporada que se ha mostrado cual montaña rusa.  Estamparon su nombre en la final de la Copa del Rey tras conquistar una gran remontada a fuerza de garra y buen fútbol. Gerard Piqué fue el encargado de anotar el gol del empate en el global (2-0) al último minuto para forzar la prórroga, mientras que Braithwaite selló el triunfo.

El Barça del futuro

Esta no fue la única buena noticia de otra larga noche, la quinta prórroga disputada durante el curso. La primera, que en la actual plantilla hay futuro, y mucho. Y la segunda es que Koeman tiene un plan, y se le ve convencido cuando dice que esto es un proceso que está a medio camino. El Barça superó al Sevilla con un pletórico Pedri, con un portentoso Mingueza (pese a cometer el penal) y con un inmenso De Jong. Pero en ocasiones los detalles son los que hacen la diferencia en los proyecto. Un ejemplo de ello es Ilaix Moriba, un muchacho de 18 años que fue considerado por el técnico cuando la eliminatoria se decidía.

Lo ha dicho y lo ha cumplido: no teme a apostar por jóvenes jugadores si los ve preparados. Finalmente se decidió por Braithwaite y apareció Ter Stegen parando un penal. Pero el primer en encender las brasas fue Ousmane Dembélé, que imaginó un gol imposible y lo marcó. Un derechazo desde fuera del área que internó en toda la escuadra del primer palo del arquero. Sin carrerilla, parado en seco y con los defensas tratando de pararlo. Así el francés vive el fútbol, tranquilo, a su ritmo.

En ocasiones simplemente no aparece, pero en otras arranca los partidos con un cargado envión anímico. Y cuando está en este dulce momento es puro veneno para los rivales. Todavía más si como ante el Sevilla juega como falso nueve. Con libertad plena y rodando el área, suyo fue un gol que animó a un prometedor Barça, la versión con mayor intensidad y determinación de la temporada.

Esquema flexible

Nuevamente el 3-5-2 del Sánchez Pizjuán se desplegó en el Camp Nou, que aunque no tuvo la presencia del público fue testigo de un partidazo. De un gran Barça que no se cansó de proponer y de un buen Sevilla que se defendió a la altura. El cuadro azulgrana atacaba acumulando muchos jugadores y con una puesta en escena vibrante. Ambos cuadros llegaron con vida a la primera mitad, pero los locales no se conformaron y buscaron el triunfo hasta el último aliento. El Barça no desordenaba al Sevilla, pero los de Lopetegui no daban señales de vida. Koeman aprovechó y cambió el sistema para impulsar a los suyos. Regresó el 4-3-3, los culés dieron un paso adelante y empezó a consolidar la remontada.

Piqué, emocionante

El Barça vivió un partido épico. Piqué, pese a bregar con una recaída en su lesión de rodilla, se negó a abandonar a su equipo. Tras el tanto que forzó la prórroga, no permitió la sustitución aunque visiblemente ya cojeaba en el césped, por lo que decidió así ayudar a sus compañeros en la segunda parte de la prórroga. Lo hizo solo con la pierna izquierda, pero junto a su equipo. Una emocionante imagen de un equipo que está perfilado a hacerse con la Copa contra todo y contra todos.