La UCAM Murcia consigue la clasificación para la próxima eliminatoria de la fase de ascenso a Segunda A, tras batir al Barça B en la tanda de penaltis luego un partido vibrante, que mantuvo a todos en el campo y a los aficionados con los nervios a flor de piel. Los murcianos se adelantaron con un gol de Antonio Fernández, Rey Manaj remontó con un doblete, pero Xemi llevó el partido a la prórroga, en la cual tampoco se definió el encuentro para ninguno.
La tanda de penales fue igualmente igualada y no fue tras el 4-4 que se concretó finalmente su resolución, cuando Ramos Mingo falló el quinto tiro del conjunto filial azulgrana, para que posteriormente Josete anotara el gol definitivo para los dirigidos por José María Salmerón, un equipo que se ganó así su derecho nuevamente de disputar la final por el ascenso.
El equipo dirigido por Francisco Javier García Pimienta se ejercitó en la Ciutat Esportiva Joan Gamper con la ilusión de dar el golpe, pero en definitiva no pudo ser. Tras la sesión de hace dos días, conoció la noticia de que podría contar con el refuerzo de Óscar Mingueza para el partido contra el UCAM Murcia, luego de recibir el permiso del entrenador del primer equipo, Ronald Koeman, quien era consciente de la imporatancia del encuentro, pese a que este domingo se jugará su último cartucho ante el Celta de Vigo en LaLiga.
Pimienta ya había advertido en la previa sobre la gran calidad de los murcianos. En concreto, dijo que "son un gran equipo con jugadores experimentados y hechos para subir. Ya han estado en la Segunda A y viene de ser líder en la primera fase. Es una muestra de su potencial", zanjó el técnico, quien señaló que la clave era conservar el estilo de juego.
No se pudo sacar la espina
"Deberemos estar muy bien, jugar rápido y ser fieles al estilo. Habrá que estar muy atentos a las contras y al balón parado porque son muy fuertes en eso, y hacer nuestro fútbol porque solo tenemos una forma de conseguir las victorias, que es jugando bien", agregó el entrenador, quien ahora mismo estará lamentando no poder sacarse la "espinita del año pasado", como lo remarcó.