Ser entrenador del FC Barcelona no es fácil. Al mínimo atisbo de mal juego, de transgresión del estilo de juego o simplemente tras una derrota, las críticas suelen aparecer con facilidad en los medios de comunicación, foros y redes sociales. Ha pasado desde siempre, y seguirá pasando a medida que los nombres de los técnicos culés se vayan renovando con el paso del tiempo.
En el caso de Ernesto Valverde, sin embargo, podríamos decir que las críticas son justificadas. No sólo por la bochornosa segunda parte del sábado contra el Levante, sino también por el empate de este martes frente al Slavia y, en definitiva, porque estos dos resultados son el síntoma de una enfermedad que va camino de convertirse en crónica. Roma, Liverpool, Dortmund, Bilbao, Pamplona... No son pocos los estadios de los que el Barça ha salido señalado en los dos últimos años y medio bajo el mando del 'Txingurri'.
También ha logrado resultados y gestas de gran valor, por supuesto, pero con la lujosa plantilla que ostenta el FC Barcelona, y con Leo Messi como comandante, eso suele darse por sentado. Los fracasos sobresalen entre las victorias, y las caídas con estrépito todavía más. El Barça ya ha sufrido unas cuantas con el 'Txingurri', que no es capaz de solucionar la sangría defensiva del equopo por mucho que avance el calendario.
Ter Stegen tenía razón cuando incitó a sus compañeros a mantener una cumbre interna para solucionar unos problemas que, por ahora, persisten. Falta intensidad a la hora de defender y luchar por la recuperación de balón. También falta concentración en determinadas fases de los partidos, y puede que una estrategia más eficaz a la hora de defender las jugadas a balón parado.
Y Valverde, como primer representante del vestuario, es el más señalado. En apenas cuatro días, se han esfumado todo el crédito que había ganado con las últimas siete victorias consecutivas del equipo. Algunas de ellas engañosas, no nos olvidemos, teniendo en cuenta cómo se ganó al Inter de Milán en el Camp Nou y al Slavia de Praga en tierras checas.
El Barça no acaba de ser un bloque consistente
Los jugadores del FC Barcelona y Ernesto Valverde tienen mucho de lo que hablar durante los próximos días. Lo bueno, en cualquier caso, es que el Barça dispone del talento y los recursos necesarios para cambiar la mala dinámica defensiva que ha ido tomando el equipo en los últimos meses. Hace falta una reacción, y eso empieza por el factor psicológico. Y a Valverde le tocará volver a aguantar, en los próximos días, los rumores sobre la llegada de Ronald Koeman, Van Bommel, Xavi Hernández y demás posibles entrenadores. Es lo que hay.