Quique Setién aterrizó en el Camp Nou en enero con mucha ilusión y con la misión de hacer que este FC Barcelona volviera a jugar bien y recuperase la identidad. El cántabro podría haberse apoyado para conseguirlo en el tridente de lujo que forman desde este pasado verano Leo Messi, Luis Suárez y Antoine Griezmann. Pero para su desgracia, su llegada coincidió con el anunció de que que Suárez iba a estar de baja los próximos cuatro meses.
El entrenador cántabro tuvo que arreglárselas sin su '9' titular hasta el parón y para ello probó multitud de variantes tácticas. La presencia del uruguayo condiciona a todo el equipo y sin él Setién cambió el sistema, la disposición de los jugadores e hizo infinidad de cambios con el fin de encontrar el mejor 11 posible. El de Santander probó a jugar con tres centrales y con el habitual 4-3-3, pero insistió bastante en un 4-3-1-2 o en un 4-4-2 con el que pretendía reforzar el centro del campo y jugársela arriba con Messi y Griezmann.
Ninguna de esas formaciones terminó de funcionar, aunque sí hubo algún partido destacado con ese 4-3-1-2 como el 2-3 contra el Real Betis o el 5-0 al Eibar. Pero esa disposición también perdió contra el Real Madrid, por lo que dejó dudas, igual que las demás. Por suerte para Setién, el regreso de Suárez podría cambiarlo todo, ya que con el de Salto esa formación sí podría encajar a las mil maravillas.
Si el técnico barcelonista insiste con jugar sin extremos y utilizar a los interiores y laterales como puñales en banda, ese 4-3-1-2 podría ser la solución a muchos de los males del Barcelona. El centro del campo lo formarían Sergio Busquets en el mediocentro, Frenkie de Jong en un interior y seguramente Arthur Melo en el otro. Arturo Vidal o Ivan Rakitic podrían tener minutos en lugar del brasileño, pero lo normal sería que Setién apostara fuerte por el ex de Gremio. Pero el mediocampo no es lo importante de este sistema, las novedades llegarían en la delantera.
Al jugar sin extremos, Messi pasaría a la mediapunta y jugaría completamente libre por todo el frente de ataque. Esto permitiría que Griezmann también tuviera la libertad que nunca ha tenido en la izquierda y que sí tuvo en el Atlético de Madrid. Suárez sería el estilete y el referente de los culés como ha sido siempre, por lo que sus funciones no cambiarían. De esta forma, el argentino podría participar más en la creación de juego, pero también seguiría cerca del área rival. Hasta ahora, el enganche cuando Setién ha salido con el 4-3-1-2 era Vidal, por lo que pasar del chileno a Leo sería cambiar completamente la idea de juego.
Los interiores tendrían que trabajar más en defensa
Con una formación así sería necesario que los interiores trabajaran más que nunca en el costado para ayudar a los laterales. De Jong tiene físico y nociones defensivas suficientes como para poder hacerlo conservando el brillo de siempre en labores de creación. Con Arthur sí habría más dudas, ya que el brasileño no destaca especialmente por su trabajo en defensa. Precisamente por esto, Vidal podría ser una buena alternativa, ya que aunque daría menos control y talento en general, aportaría defensa, carácter y mucha llegada desde segunda línea.
Lo fácil para Setién ahora que ha vuelto Suárez es poner el 4-3-3 de siempre con Griezmann en izquierda, Messi en derecha y el charrúa arriba. Pero ya se ha demostrado que jugando así el francés se siente incómodo y no brilla, por lo que quizás es el momento de arriesgar y apostar por algo distinto. Jugar con mediapunta y sin extremos puros podría ser una alternativa interesante con la que tener mucho balón y además mantener la mordiente en la delantera. Todo dependerá de qué quiera el entrenador culé y de cómo funcione el equipo a partir de este sábado.