Por tercer partido consecutivo, el delantero del FC Barcelona Neymar Júnior volvió a ser recibido por el Athletic Club con un juego muy duro que rozó la ilegalidad. Todo, también hay que decirlo, permitido por el árbitro del partido que no supo frenar el juego duro

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Las tarrascadas sufridas por Neymar Júnior ante el Athletic Club de Bilbao en la vuelta de los cuartos de la Copa del Rey fueron de todos los colores. El brasileño, jugador más activo del ataque culé en el primer tiempo y de lo mejor en el segundo, estuvo estrechamente marcado por los defensores rojiblancos que sólo pudieron pararle a base de patadas. Igual que el partido de ida, "Ney" recibió de lo lindo ante la permisividad arbitral.

Y es el que canario Hernández Hernández no frenó la excesiva agresividad de los vascos, que se turnaban para tumbar al brasileño. Mikel Rico, Balenciaga o Laporte eran algunos de los defensores que le dejaban su tarjeta de presentación al atacante de Sao Paolo. Patadas, empujones, codazos, golpes de cadera... De todas las formas trataron de frenar al futbolista de 23 años.

Acciones que se encontraban con la ineficiencia del colegiado, que sólo sabía mostrar amarillas y ninguna roja ante las clamorosas faltas de los visitantes. Por poner un ejemplo, Mikel Rico y Balenziaga debieron abandonar el partido antes de la cuenta tras dos faltas que provocaron el enfado del Camp Nou.

Primero era el centrocampista el que le dejaba los tacos en la rodilla al delantero. Una fea acción que el público y los jugadores azulgranas entendieron que se merecía más que la amonestación mostrada. Posteriormente sería el defensa el que volvía a hacer caer al futbolista, esta vez en la frontal del área y en una acción todavía más clamorosa. Y es que ocurría cuando "Ney" se plantaba solo ante Herrerín, con la única opción para Balenziaga de derribar al crack.

En la segunda mitad la cosa pareció disminuir aunque los visitantes siguieron empleándose con dureza. Algo que, por otra parte, parece que espoliaba aún más a un Neymar que buscaba el gol con mucho ahínco, y finalmente lo encontró tras un golazo por toda la escuadra. En la misma jugada del tanto, el gaucho recibía un pisotón de San José en el inicio de la jugada que le dejó tocado. Y al finalizar el encuentro, lo de siempre, abrazos y saludos con los hombres que minutos antes le habían hecho el partido imposible.